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ASUNCIÓN.- Por cuarta vez sesionó la Cámara de Diputados sin que el pleno pudiera considerar el proyecto que retira la confianza a su presidente, Miguel Cuevas, por graves violaciones al código de ética. El abdista se salió con la suya y ayer ya ni siquiera los proyectistas se acordaron del tema, y todo continuó como si jamás se hubiera considerado la posibilidad de castigarlo.
Por lo visto Miguel Cuevas es un gran estratega para salirse con la suya, ya que no solamente consiguió que sus colegas le retiraran la confianza, sino que evitó que siquiera pudiera ser tratado el proyecto, impidiendo de esa manera que haya un debate entre quienes lo cuestionan por las muchas irregularidades por las cuales se le denuncia, y quienes lo defienden, como el liberal Antonio Buzarquis.
Para evitar el tratamiento del tema, el abdista, incluso, violó el reglamento interno de la cámara que establece que los proyectos que la cámara resuelve tratar como moción de preferencia, deben respetarse en el orden decidido.
Eso ocurrió hace 15 días y el proyecto tenía que haber sido incluido en el orden del día de la sesión del miércoles pasado, pero Cuevas sencillamente lo impidió con el argumento de que no tenía dictamen. Claro que para eso también contó con la complicidad de Asuntos Constitucionales, que resolvió no dictaminarlo porque, supuestamente, “era una cuestión política”.
Ante esta caradurez, la bancadita, encabezada por Kattya González, posiblemente decidió tirar la toalla y en la sesión de ayer ya nadie siquiera recordó el tema, con lo que, otra vez, el presidente de la cámara se salva de una sanción ética por parte de sus colegas. Todo parece indicar que Cuevas terminará su mandato, el 30 de junio próximo, y saldrá por la puerta grande de la Presidencia, a pesar de estar denunciado por hechos punibles cometidos en todos los cargos que ocupó.
