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ASUNCIÓN.- Para Patricia Bullrich, ministra argentina de Seguridad, la delincuencia es consecuencia del fenómeno de la inmigración. Los datos revelan que la Argentina históricamente ha sido un país abierto a la inmigración, que dicho sea de paso, fue lo que hizo del país la potencia que fue hace un siglo. Sin embargo, durante los últimos años, la inacción con relación a la delincuencia por parte del Estado generó indignación en gran parte de la sociedad, sobre todo con los ilícitos cometidos por parte de inmigrantes, mayoritariamente de la región.
Así mismo los antecedentes revelan que desde el inicio del mandato de Mauricio Macri en diciembre de 2015, las deportaciones en Argentina se crecieron en un 3150%. El número se incrementó considerablemente con la puesta en marcha de un decreto presidencial del año pasado que resalta “la prerrogativa soberana de decidir los criterios de admisión y expulsión de los no nacionales”. La resolución había sido impugnada en la Justicia por parte de agrupaciones de izquierda, pero el Poder Judicial ratificó la legalidad del decreto, actualmente en vigencia.
En una conferencia de prensa brindada en Río Cuarto, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich insistió en la supuesta asociación entre migración y delito –refutada por numerosos informes estadísticos– para alentar la sanción de una ley migratoria más dura, que incluiría deportaciones exprés.
