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Dequeni quiso vender “gato por liebre”

ASUNCIÓN.- La Fundación Dequeni, encabezada por  Beltrán Macchi Salin, su meta es promover la superación de la pobreza de niños, niñas y familias a través de una corriente solidaria.  Sin embargo, cuando la Contraloría verificó su  rendición de cuentas correspondiente al bimestre enero-febrero de 2015, se constató que algunas facturas no contaban con la  descripción o detalle e los bienes adquiridos. Sin embargo, afirman que los artículos escolares corresponden a bolígrafos, pinceles, lápices y borradores que se utilizaron en los cursos de informática y de cajero realizados en la Fundación y que se adjuntaron las listas de asistencia de los cursos realizados.

Pero las explicaciones brindadas no satisficieron al equipo auditor, en consideración a que verificadas las planillas de asistencias de los cursos, se constató que los mismos fueron efectuados en fechas informáticas del 5 al 30 de enero de 2015, cajera del 12 de enero al 16 de febrero de 2015. Sin embargo, las facturas presentadas como respaldo de rendición de cuentas observadas, son del 25 de febrero de 2015.

Por otra parte, el Centro de Ayuda al Discapacitado de Encarnación (CENADE), cuya titular es la Lic. Gladys Vergara de Harms, conforme a la verificación realizada a sus rendiciones de cuentas, la Contraloría constató que efectuó pagos por servicios varios, cuyos importes superaban los G. 5 millones. La ONG remitió las copias autenticadas de las notas de presupuesto correspondiente, pero al ser verificadas se evidenció que son pocos formales, ya que 2 presupuestos presentados no cuentan con membrete, dirección, número de teléfono, solo cuenta con la firma del arquitecto con su número de patente.

Cenade tiene como  misión asistir a los niños, jóvenes y adultos con discapacidad y en especial a aquellos que carecen de medios económicos a través de un servicio brindado con excelencia a fin de mejorar la calidad de vida de los mismos, con la filosofía de buscar la concienciación de la comunidad en general hacia el problema de discapacidad.

En la Fundación Kuña Aty, bajo la gestión de Gloria Rubín,  según el informe de la Contraloría, verificados los documentos de respaldo por la Fundación se constataron tres facturas por valor de G. 2 millones, correspondiente a pagos realizados a Zully Beatriz Castillo en concepto de honorarios profesionales, conforme a la descripción de la factura. Sin embargo, según se detalla en el membrete de la factura el giro comercial corresponde a “Servicios profesionales”. Asimismo, en la consulta de validación de documentos realizados en la página web de la SET, que se adjunta a la rendición de cuenta se constata que el giro comercial inscripto es el de “Otros servicios personales no especificados”.

La Contraloría también destaca que la organización no presentó su descargo y tiene como misión apoyar los procesos de empoderamiento mediante la atención psicológica a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, con el fin de contribuir para una sociedad solidaria, con igualdad en las relaciones de género y libre violencia en la familia.

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