ADN Digital
Desde hace más de 5 años, el equipo que maneja el diario ABC se ha dedicado a entorpecer cualquier acción de gobierno y de conspirar en contra de la estabilidad de las instituciones y la vigencia de la Constitución. En más de una ocasión ha quedado bien claro que ellos, los que manejan el medio, que presumen de ser defensores de la Carta Magna, solo lo son cuando sus postulados benefician y protegen sus intereses. Si es el caso contrario, las disposiciones constitucionales son fácilmente ignoradas y pasadas por el mazo.
Cuando pensaban que ya se habían salido con la suya, sacando del mapa político, definitivamente, a Horacio Cartes, el enemigo del diario desde hace 5 años, evitando que pudiera postularse para un segundo mandato presidencial y que pudiera jurar como senador de la Nación, otra vez ocurre algo que les altera y les aterroriza hasta los tuétanos, resulta que el expresidente no se rindió, sigue peleando por su derecho a ocupar una banca en la cámara, para lo cual el lunes último presentó un pedido ante la Secretaría del Senado, pidiendo su convocatoria a jurar.
Por supuesto, esto iba a ocurrir. Aunque ABC y algunos opositores y añetetes pretendan convencernos de otra cosa, lo cierto es que lo que separaba a Cartes de su banca era una incompatibilidad, que era presidente de la República y no podía ejercer dos cargos al mismo tiempo. Pero la incompatibilidad es un impedimento provisorio, que desaparece cuando se soluciona el problema, y es precisamente eso lo que ocurrió el 15 de agosto, al entregar Cartes el poder a su sucesor. Ya no es presidente de la República; ya puede ser senador de la Nación.
Se volvieron locos al enterarse de la nota del expresidente. Y parecen haber perdido la noción de la realidad, porque de lo contrario no se explica que digan que los “mau” son Cartes y Nicanor Duarte Frutos, que fueron habilitados por la Corte, electos por el pueblo y proclamados por el TSJE, y no los que realmente son “mau”, Rodolfo Friedmann y Mirta Gusinky, que cayeron en paracaídas a la cámara, sin haber sido ni electos ni proclamados.
Según el editorial de ABC, Cartes “perturba de nuevo al país” al dejar en evidencia que él no aceptó la derrota y seguirá peleando por lo que le corresponde por ley, una banca en el Senado. En realidad, los que, otra vez, perturban la paz de la República son los medios de la familia Zuccolillo, que ya ni siquiera intentan esbozar algún tipo de legalidad y coherencia, sino que lucen su espíritu desalmado y conspiratorio con total desparpajo.
Y hablamos de desalmado porque alentar de nuevo una crisis política sin dar un mínimo de descanso a esta sufrida ciudadanía, al solo efecto de salirse con la suya, demuestra a las claras un espíritu retorcido y malo.
Es una vergüenza la forma demencial y desembozada con la que el diario aprieta a los senadores para que rechacen el juramento de Cartes. Los amenaza con todos los males posibles, y pretenden darles el título de “traidores a la Patria”, cuando que, de tener el coraje de rechazar la presión y hacer que se respete la Constitución, a los únicos que traicionarán será a los capos de ABC, a nadie más.