WASHINGTON.- Un grupo de científicos ha resuelto el misterio de los restos de los antiguos artesanos egipcios que construyeron las tumbas de los faraones.
Los huesos fueron hallados entre 2012 y 2014 durante las excavaciones en Deir el-Medina, un pueblo ubicado cerca del actual Luxor, cuyos habitantes estuvieron trabajando en las obras del Valle de los Reyes hace 3.500 años.
Las huellas de artritis que quedaron en los tobillos y rodillas de los esqueletos masculinos dejaron a los científicos confusos. Lo normal hubiera sido que, por la especialidad profesional de los obreros de esa época- cavar, tallar y pintar sobre la roca-, tales efectos se hubieran producido en la parte superior de sus cuerpos, y no en las piernas.
Lo que ha ayudado a solucionar este acertijo es el paisaje local. Cada semana laboral, los obreros caminaban dos kilómetros de longitud y tenían que subir 150 metros de altura hasta las cabañas donde vivían durante la semana. Desde allí tenían que ascender a diario otros 93 metros hasta el lugar de trabajo, que luego tenían que volver a bajar al final de la jornada. Según antiguos registros, en promedio caminaron 161 días al año por este terreno tan accidentado, y esto fue lo que les llevó a desarrollar artritis en piernas y rodillas.
En lo que se refiere a las mujeres, estas se quedaban en los hogares, por lo que sus huesos no tienen signos de esta enfermedad.