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Desirée Masi quiere que se deje sin efecto el juicio político a Sindulfo Blanco, lo que implicaría automáticamente que ocurra lo mismo con los otros dos ministros de la Corte, Óscar Bajac y César Garay. Este último tiene en sus manos un expediente que involucra al marido de la senadora del PDP, quien, seguramente, se mostraría agradecido si se lo salva del enjuiciamiento.
ASUNCIÓN.- Ya no hay patriotas en este país. Cualquier opinión que pretenda ir en contra del sistema está inspirado por algún interés personal que nada tiene que ver con lo que dice defender o pretender.
Los sectores políticos que evitarían que los ministros de la Corte Suprema de Justicia, acusados por la Cámara de Diputados por varios delitos, sean condenados y separados del cargo no lo hacen por impedir que el presidente Horacio Cartes coloque allí a sus allegados, sino porque causas suyas o las de alguien de su familia dependen de alguno de los tres acusados.
Esto ocurre con Masi, una embanderada en contra del juicio político desde que a fines de 2014 Diputados formuló la acusación. Toda esa historia de que con su oposición a la condena de Blanco primero y los otros dos impediría el manoseo a la Justicia y otras historias más, no son más que cuentos destinados a los inocentes que todavía le creen.
Lo cierto y concreto es que el ministro Garay, de extracción colorada, tiene en sus manos el expediente de una de las causas en donde está procesado el marido de Masi, el exministro del Interior Rafael Filizzola, y lo que ella cree –o quizás ya lo hayan acordado- es que si logra salvar al magistrado, este salvaría a su media naranja. Y para que la cosa no sea tan obvia, mejor salva primero a los otros dos, Blanco y Bajac, ambos liberales.
Lo gracioso es que Masi habla de que Blanco –el ministro que ahora está siendo enjuiciado en el Senado- está en un estado de indefensión a causa de que su juicio político tuvo que ser postergado en abril pasado, pero eso ocurrió porque ella y otros socios suyos dejaron la sesión sin quórum, así que antes de lanzar acusaciones tendría que mirarse al espejo.
La renovación judicial no vendrá con el cambio de tres ministros de la Corte, pero sería un importante primer paso que gente con oscuros intereses está pretendiendo impedir. Las denuncias contra Blanco son graves y concretas. Sin embargo, Masi y sus colegas harán que quede impune de ellas y, lo que es peor, seguirá ocupando un lugar en el máximo tribunal de la República.
Hoy no habría quórum
El Senado fue convocado para esta tarde a las 15 a fin de continuar el proceso del juicio político a Sindulfo Blanco, el primero de los tres ministros que fue acusado por la Cámara de Diputados hace más de un año.
Será el segundo intento por proseguir el proceso y posiblemente el resultado sea el mismo que la vez anterior, ya que hay un acuerdo en la bancada colorada oficialista para volver a dejar sin quórum la sesión, a fin de evitar que continúe un enjuiciamiento destinado al opa rei, ya que así como están las cosas no hay 30 votos a favor de la condena y separación del cargo, y si no se frena el proceso, Blanco quedará impune.
De todos modos, el presidente de la cámara, Mario Abdo Benítez, la convocó para continuar con la presentación de la defensa del ministro, que hará su descargo y las pruebas que demostrarían la inocencia de su defendido.
En la primera sesión, que sí pudo llevarse a cabo, se escucharon las acusaciones presentadas por los fiscales designados por la Cámara de Diputados, Ramón Romero Roa y Miguel del Puerto.
Se necesitan 23 senadores presentes para que haya quórum y desde el comienzo dejaron de asistir los 18 legisladores que no votarán a favor de la condena, a los que se sumarán ahora los oficialistas, quienes pretenden que el proceso se postergue hasta después de las internas liberales, a fin de negociar con la nueva cúpula partidaria para conseguir los votos faltantes.
