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ASUNCIÓN.- Uno de los elementos más conflictivos en el Senado es, obviamente, Desirée Masi, quien no solamente es propensa a armar despelotes frecuentes sino que, vaya a saber por qué, tiene una peculiar forma de influir en sus colegas varones, quienes actúan como verdaderos “pollerudos” a su servicio.
Ya con Óscar González Daher puso en marcha su lema de “vos no te vas; yo te echo”, motivo por el cual la cámara no aceptó la renuncia del expresidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, sino que lo expulsó.
Ahora pretende utilizar el mismo sistema con el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, por lo cual está de lo más entusiasmada con la posibilidad de que la Cámara de Diputados apruebe el martes el libelo acusatorio contra el mismo, a fin de que el Senado tenga la potestad de echarle del cargo, en el cual permanece por reconducción tácita desde hace más de un año.
Aunque haya modos institucionales para hacer a un lado a personas que estarían comprometidas con hechos delictivos, ella quiere ver sangre. Y si, por lo menos, su sistema se desarrollara con celeridad, por más ridículo que resulte, habría alguna justificación. Pero no es así, porque ella no quiere rápidos cambios. Lo que le gusta es el elemento de crisis que se mantiene casi constante. Así es como se siente cómoda, generando conflictos; finalmente, no podemos olvidar que ella no es más que una política de barricada.
