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Escritora. Consultora Internacional en Políticas Públicas.
Conductora del programa “COMO & POR QUE” por la 970 AM.
Alegre fue la celebración de Efraín cuando Cartes le salió al paso renunciando a toda aspiración de reelección en 2018. Lo celebró como un gran triunfo de la oposición ante la amenaza del fantasma de la dictadura que él mismo trató de construir. Tal vez le hubiese sido útil leer algo de la historia del rey Pirro que había logrado una esforzada victoria sobre los romanos, pero al costo de miles de vidas de sus hombres, al punto que, al contemplar tal resultado, terminó exclamando “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa”.
¿Inexperiencia, ingenuidad o una víctima más de su propio autoritarismo? Difícil saberlo. Lo cierto es que luego de su denodado esfuerzo por impedir que el pueblo ejerza su derecho al voto garantizado por la Constitución, el líder opositor terminó tan desgastado que hoy sus chances por instalar su candidatura con miras al 2018 son casi nulas. Pero no sólo sus chances están agotadas sino que el grado de agresividad con el que arremetió contra sus propios partidarios favorables a la consulta popular terminó provocando divisiones internas irreconciliables que atentan contra la posibilidad de encontrar algún candidato de consenso que los aglutine.
La tozudez no es buena consejera política Suele conducir al ridículo. En este caso la oposición hizo el ridículo dos veces. Y lo hizo a nivel internacional. Las cartas enviadas en plena crisis a las calificadoras de riesgos y a los organismos multilaterales tratando de poner en duda la legitimidad de los bonos soberanos no sólo fueron ignoradas por sus destinatarios sino que el Ejecutivo logró colocarlas a tasas de grado de inversión, las más bajas de nuestra historia! Ese resultado hubiese sido suficiente para desalentar cualquier intento de convertir la resistencia política opositora al referéndum en una crisis internacional. No lo entendieron así Efraín y su correligionario el presidente del Senado.
La pareja volvió a insistir, esta vez ante el secretario General de la OEA, a quien acercaron su versión de los disturbios provocados en el edificio del senado. “No hay ningún fundamento, no hay en este presente democrático paraguayo ni alteración del orden constitucional, ni violación de principios de separación de poderes, ni están desconociendo el derecho del pueblo a elegir o a tomar decisiones en referéndum o plebiscitos, la libertad de expresión y prensa están garantizadas”, concluyó lapidario el secretario Luis Almagro.
Siento un poco de pena por Efraín y sus seguidores. Están viejos para aprender y a mí me enseñaron a tener consideración con los mayores. Pero con estas tres pitadas de “fuera de juego” espero que finalmente entiendan que el mundo cambió mientras ellos estaban no sé dónde. La decisión de Cartes les desarmó el juego “libertario” y les impidió seguir fabricando mártires. Los inversores internacionales ni siquiera les preguntaron “quiénes son ustedes?” Y el secretario de la OEA tuvo que estructurar una larga frase para decirles muy finamente “déjense de joder!”
“Volver a casa” es una posibilidad muy cierta que tiene que analizar ahora Efraín. Pero tal vez no vuelva sólo ya que la credibilidad de muchos congresistas resultó seriamente dañada y no será fácil para ellos pedir votos a un pueblo a quien le negaron el derecho al sufragio por inculto y manipulable.
Sé que son un poco duros de entendederas, así que les digo claramente:” Despejen la cancha porque quedaron fuera de juego”.
