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ASUNCIÓN.- El juez Julián López rechazó el planteamiento de la defensa del exfiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, y ratificó su prisión preventiva en el penal militar de Viñas Cué. Los abogados habían solicitado medidas alternativas debido a que su defendido, supuestamente, padece una enfermedad crónica, pero no consiguieron su objetivo.
Para que Díaz Verón obtenga medidas alternativas a la prisión, la Fiscalía debe cambiar la carátula de su expediente y eliminar la imputación por enriquecimiento ilícito, que es la principal causa por la que está imputado quien fuera la cabeza de la institución.
Ya son varias las veces que su defensa intenta cambiar el estatus de su defendido, a pesar de lo cual tanto el Ministerio Público como la Justicia insisten en que deberá seguir cumpliendo con la prisión preventiva.
Díaz Verón fue fiscal general del Estado y desde su cargo habría realizado varias transacciones ilegales que le permitieron aumentar exponencialmente su patrimonio económico, lo que hizo que sus mismos subordinados decidieran, el año pasado, abrir una investigación en su contra, y que terminó con su imputación por varios hechos punibles, entre ellos el enriquecimiento ilícito.
Según sus abogados defensores, el detenido debe ser beneficiado con medidas alternativas a la prisión debido a su estado de salud, puesto que padece de una enfermedad del corazón. Pero el juez consideró que ese no era un motivo suficiente para que dejara la prisión de Viñas Cue.
El caso de Díaz Verón fue el primero en el que un personaje poderoso terminaba preso y significó un soplo de esperanza sobre la actuación del Ministerio Público. Luego de él, ocurrió lo mismo con el ex senador Óscar González Daher, preso en la Agrupación Especializada, y el diputado abdista Ulises Quintana, quien es el compañero de penurias del ex fiscal general.
La prisión preventiva para hechos punibles que superan la expectativa de 5 años de cárcel siempre fue aplicada a imputados que no tuvieran ningún poder ni económico ni político, pero el caso de Díaz Verón, González Daher y Quintana es el primero en donde verdaderos peces gordos son los que deben guardar reclusión, no pudiendo acceder a las medidas alternativas.
