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ASUNCIÓN.- Luego de escuchar que el presidente de la República aseguró que Dios le puso en el cargo, algunos empezaron a burlarse afirmando que, en realidad, quien le puso al frente del gobierno fue Horacio Cartes. Según Eduardo González, lo real es que Dios le puso en el camino al expresidente a fin de que Mario Abdo Benítez sea hoy jefe de Estado.
“A Dios rogando y con el mazo dando”, es un dicho que le viene muy bien al presidente, ya que parece perder de vista que, con oraciones nomás, no se llega muy lejos, sino que se necesitan acciones efectivas, realizadas por gente normal, que no tiene nada de divino.
Aunque hay alguna gente que dice que alguien como el hijo del exsecretario del dictador haya podido llegar al Palacio de López solamente pudo haber sido fruto de un milagro, ya que capacidad no tiene para estar allí, lo cierto es que su triunfo fue producto de un trabajo bien organizado y entusiasta de parte del movimiento que lidera Cartes.
“Dios le puso en su camino a Horacio Cartes y gracias a eso es que él es presidente. Los dos fueron importantes para él. Y Marito se da cuenta de eso, pero es un engreído, un nene malcriado que siempre tuvo todo y siempre fue así. Siempre la vida le sonrió. Tanto la vida le sonrió que se casó con la hija de (Enrique) Díaz Benza, un tipo que ganó mucha plata después de la caída de Stroessner, y después se volvió a casar bien (con la hija de Néstor López Moreira). Tiene hasta esa fortuna, saber colocarse”, dijo González.
Luego de los últimos acontecimientos en el Norte del país, que terminaron con la muerte de un colono brasileño por parte del EPP, se le preguntó si piensa que podrá terminar su mandato, a lo que Abdo Benítez respondió que Dios le puso en el cargo, y será Dios quien diga hasta cuando se quedará. Llamativamente, ya no dijo que se irá al terminar los 5 años, como aseguraba hasta hace poco.
Según González, si su candidatura a la Presidencia no contaba con el apoyo irrestricto tanto de Cartes como de Honor Colorado, no hubiera podido ganar. “Cartes es una persona muy generosa y dejó de lado sus cuestiones personales por el partido y el Paraguay. Él prefirió que el Partido Colorado esté arriba. El voto duro de Honor Colorado es de unos 500 mil; así que si la gente del movimiento no le votaba, no le iba a votar nadie. La estructura de Honor Colorado se puso al servicio del partido; todos hemos trabajador por su candidatura”, concluyó.
