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ASUNCIÓN.- En lo que se considera la mejor “cosecha” en materia de combate al planillerismo, cien personas fueron desvinculadas de la cámara de diputados.

Es el resultado de la aplicación del control biométrico, que obliga a los funcionarios que, una vez ingresado al recinto laboral, ya no puedan abandonar la sede sino en su horario de salida.

La “cacería” de planilleros se tornó más inflexible después que el mes de setiembre pasado las finanzas de la cámara baja ingresara en saldo rojo, lo cual puso en jaque el pago de salarios y aguinaldo.

El cuerpo legislativo de Diputados cuenta con 1.985 funcionarios de los cuales alrededor de 1.345 tienen contratos permanentes.

El director de Recursos Humanos Julio Arévalos, había admitido que la cámara en cuestión, técnicamente puede funcionar con 1.000 funcionarios, y que para optimizar los recursos debería hacerse recortes.

“Nosotros ya encontramos esta cantidad (de empleados). Se necesita hacer una reingeniería, ya que con 1.000 funcionarios ya se podría trabajar”, había expresado Arévalos en una comunicación con la emisora 1080 AM.

Tras la crisis en el presupuesto de Diputados y Senado, los presidentes del legislativo, Blas Llano y Pedro Alliana, acordaron aplicar políticas de ajustes para optimizar las finanzas.