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Hay una mayoría en las bancadas coloradas de Diputados que piensa devolver al Senado las ternas de candidatos a la Contraloría y la Defensoría del Pueblo, no solo porque no hay ningún representante del oficialismo, sino por la torpeza con que procedieron los senadores, que llenaron los cupos a las apuradas y sin tener en cuenta ni la idoneidad ni la honestidad de los postulantes.
ASUNCIÓN.- Caía de maduro que los diputados iban a constituirse en el parapeto para el descontrol de los disidentes colorados e izquierdistas del Senado. Ya en nuestra edición del jueves último, bajo el título de “Nadie recordó que el oficialismo es mayoría en Diputados” advertíamos que lo más probable era que las ternas habrían de ser devueltas porque en ellas no había ningún candidato oficialista y porque el cartismo, que tiene mayoría propia en la Cámara Baja, no se prestaría a los juegos a los que son tan afines los disidentes y sus compinches.
Resulta increíble que quienes armaron la astuta jugada que les permitió quedarse con la mesa directiva del Senado y la representación de la cámara en el Consejo de la Magistratura, no hayan tenido en cuenta que, si bien es de ellos la atribución de armar las ternas de la Contraloría y la Defensoría, la elección de las nuevas autoridades es prerrogativa exclusiva de los diputados, en donde el oficialismo colorado tiene mayoría propia.
Si lo hubieran pensado, quizás habrían procedido de alguna manera algo más inteligente, quizás consultando antes a sus colegas de la Cámara Baja los nombres que estaban en danza, e, incluir en las ternas a candidatos que respondan al oficialismo. Pero no; ellos pensaron que podían arrasar con todo y que los diputados se dejarían seducir quien sabe por qué, y les saldrá el tiro por la culata.
Como era de esperar, la realidad les golpeará con dureza. Los diputados les pincharán el globo y devolverán las ternas de candidatos a contralor, subcontralor, defensor y defensor adjunto. Y está bien que esto ocurra, porque desde el comienzo se tuvo claro que los nombres de los aspirantes a los 4 cargos debían surgir de negociaciones serias entre todos los sectores en pugna. Justamente por eso costó tanto que se pudieran armar las ternas que desde octubre del año pasado han sido postergadas varias veces. Solo la petulancia y la soberbia de los disidentes y sus aliados pudieron hacerles ignorar este hecho. Y así les irá.
