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A pesar de que arrecian las denuncias en contra de Miguel Cuevas, presidente de la Cámara de Diputados, de su tiempo como gobernador de Paraguarí y del tráfico de influencias que habría cometido ya en el Parlamento, sus pares se mantienen en silencio, protegiéndolo de cualquier investigación sería. Salvo la de Patria Querida, ninguna de las bancadas quiere sentar postura sobre el tema. Lo peor es que cuando un legislador comete un delito, solo su cámara puede hacer algo al respecto.
ASUNCIÓN.- Ya lo hemos visto en otras ocasiones cuando la Justicia pretendió el desafuero de un senador o un diputado, y su cámara lo blindó, evitando que pudiera exponerse a una investigación y procesamiento. Esto es porque la Constitución, casi de manera subrepticia, hizo del Legislativo una especie de súper poder, puesto que el Congreso puede castigar y sacar del cargo al presidente de la República y a los ministros de la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, los legisladores son los únicos que pueden juzgar y castigar a sus integrantes.
En el caso de Cuevas, ni siquiera hay un proceso abierto ni se ha pedido su desafuero, porque la Fiscalía y la Justicia decidieron que no había suficientes elementos para imputarlo y procesarlo por lesión de confianza por varias denuncias en su contra que se produjeron de cuando era gobernador de Paraguarí.
Así que para la Cámara Baja no existe nada que afecte a su titular, al cual blinda, más que nada con su falta de reacción ante las denuncias que sí llueven en su contra. Solamente la bancada de Patria Querida presentó un pedido de informes por la contratación discriminada de nuevos funcionarios ni bien Cuevas llegó a la presidencia.
De hecho, se sabe que hay numerosos nuevos contratados que son operadores políticos del presidente del cuerpo, y compueblanos suyos de Sapucái y otros lugares del departamento.
A todas las denuncias de Paraguarí se suma ahora una posible por tráfico de influencias, que podría presentar la misma bancada de PQ, sencillamente porque tanto la fiscal Sonia Pereira como el juez Blas Cabriza, que decidieron desestimar el caso en contra de Cuevas, fueron “premiados” con cargos de directores en la cámara para 2 personas cercanas a ellos.
Hay elementos, más que suficientes, para que la Cámara resuelva hacer perder la investidura a Cuevas, ya que son delitos muy graves por los que está acusado. Pero tal parece que, una vez más, un manto de protección lo cubrirá para resguardarle de la Justicia.
