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ASUNCIÓN. El sacerdote Pedro Maciel, párroco de Minga Guazú, reflejó lo que ocurre en todo el país, especialmente en localidades del interior, que el aislamiento es una utopía para muchas familias, cuyos miembros deben salir a trabajar para llevar comida a la mesa.

Luego de que se confirmara el primer caso de infectado en el Alto Paraná, el padre Maciel dijo que eso se explica porque mucha gente tiene que seguir saliendo a trabajar, ya que vive en extrema pobreza y “el hambre es la sombra de esta pandemia del coronavirus”.

“Aquí en la zona, al menos 25% de las familias vive en la extrema pobreza. Yo creo que el virus va a golpear bastante fuerte. En el asentamiento, viven en una sola habitación al menos seis personas. Imaginate si una persona se contagia, ¿dónde va a aislarse, a dónde va a ir? Papá, mamá y los hijos en una sola habitación”, añadió.

Para colmo, las condiciones de aseo son muy escasas, ya que “el alcohol en gel es algo impensable y tener lavandina es como tener un tesoro”.

“Les decimos que no salgan de sus casas, pero cómo no van a salir si la gente tiene hambre, no están vendiendo más. Son personas que viven del día a día”, dijo el sacerdote.