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En el gremio de los educadores se están sacando las máscaras algunos dirigentes. Desde hace mucho tiempo se presentan como los impolutos y hasta se atreven a hablar de honestidad y quieren transmitir honorabilidad. Y por cierto, como docentes, como responsables de la formación de niños y jóvenes, deberían.
Constantemente hacen entender que se debe hacer lo que ellos dicen, no lo que ellos hacen, pero deben saber que no basta ser honesto, también hay que parecerlo. En los últimos tiempos y ante las proximidades de las elecciones, internas primero y las nacionales después, ya salieron a demostrar sus verdaderos objetivos estos seudo líderes de la educación, como Silvio Piris y Miguel Marecos.
Supuestamente luchan por el mejoramiento de la educación en nuestro país y es falso de toda falsedad. Por lo visto, toda la vida pensaron más en sus intereses, en sus carreras en la política o tal vez en sus bolsillos. Silvio Piris, titular de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP), un protegido político del líder del movimiento colorado Añetete, Mario Abdo Benítez, ya no pudo disimular y ya dejó entrever que sus reclamos tenía trasfondo político. Este educador está salpicado por denuncias graves de docentes por supuestos casos de estafa, que superarían los 300 millones de guaraníes.
Una publicación periodística indicó hace poco que ocho docentes encarnacenos aseguran ser víctimas de un esquema de estafa que, según ellos mismos dicen, estuvo “muy bien montado”. En el caso es sindicado como ideólogo principal el presidente de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP), Silvio Piris. Éste a la vez es titular de la Asociación de Educadores del Paraná, de Encarnación, y actual precandidato a concejal departamental por el movimiento que lidera “Marito”.
En otro caso, también con fuerte olor a corrupción en un Centro Educativo de Villa Elisa, se menciona a Miguel Marecos, presidente de la Asociación de Directores de Colegios. Y tanto Piris como Marecos son responsables de dos de los cuatro gremios docentes que no rubricaron, en su momento la propuesta del Ejecutivo del 12% de incremento salarial anual para 80.000 docentes a nivel país. “Casualmente” ambos también responden al precandidato presidencial del Movimiento Añetete.
Con aquella actitud dieron ya claras señales de sus intereses político-partidarios y que solo buscan a toda costa dejar mal parado al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), primero y por ende también el Gobierno Nacional.
Increíble que personajes como estos se quieran presentar como los impolutos, pero están muy manchados y ahora perdiendo toda credibilidad, si alguna vez la tuvieron. Miguel Marecos fue sindicado también por el mismo presidente Horacio Cartes de aprovechar la lucha del sector para promocionar candidatura.
El docente es precandidato número 1 a diputados por Central. Marecos actualmente se pasa recorriendo Ñemby, Villa Elisa, Areguá y San Lorenzo, en pleno proselitismo. Seguro en cada reunión ruega que nadie le recuerde sus “perlitas” en Villa Elisa, donde ya actuó en política para las municipales y al parecer ni sus parientes le votaron.
Ahora apunta a sus colegas y funcionarios públicos y jubilados de la educación, queriendo captar seguidores y no sería extraño que se presente como artífice de ciertas conquistas en la educación. Sería un mentiroso, pues lo único que le importa es su bienestar y su afianzamiento en la política.
El general retirado Mario Soto Estigarribia es quien acompaña a Marcos y también apoya la precandidatura presidencial del senador Mario Abdo Benítez ¿Que se puede esperar de esta clase de docentes, ¿Qué pueden inculcar a niños y jóvenes? Nada, pero el hecho de que se saquen sus caretas puede servir a los padres para saber en manos de quienes está la educación de sus hijos.
Mientras estos supuestos luchadores por los beneficios de docentes, que se decidan por lo menos a ser coherentes. Y no se disfracen más de educadores para recibir instrucciones del heredero de una gran fortuna del “stronismo”.
