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El precandidato a la Presidencia de la República por el oficialismo liberal, Efraín Alegre, cometió un feroz despiste al confundir las internas de su partido con las de la ANR, y decidió atacar al oficialista Santiago Peña, pretendiendo así beneficiar al disidente Mario Abdo Benítez.
ASUNCIÓN.- Alguna vez, alguien tendría que escribir un vademécum sobre lo que no hay que hacer en una campaña proselitista. Solo analizando la actuación de Alegre en los últimos meses tendrá material harto suficiente para muchas páginas.
Su último disparate fue perderse por el camino, desviar de las internas de su partido y meterse en las del vecino, la ANR, en donde, en realidad, él no debería tener arte ni parte. Pero sabemos que en este sistema de política que tanto se usa en nuestro país, todos tienen sus intereses metidos en cada uno de los partidos y sus respectivas elecciones primarias.
Lo cierto es que en un video en el que pretendió hacerse el simpático (sí, cuesta creer, pero en serio Efraín intentó hacerse el simpático), se burló de Peña asegurando que es un mbatará y que el 17 de diciembre tendrá conflicto para elegir en dónde votar, si en el PLRA o en la ANR.
En primer lugar, a Alegre le debería tener muy sin cuidado cómo se desarrollan las internas coloradas, que no le van ni le vienen. Y en segundo, pero no menos importante, parece demasiado caradura recurrir a la muletilla del “mbatará” una persona que lleva años transando y cohabitando políticamente con el polo opuesto a la ideología liberal, los “rojos” socialistas, lo que ocurre desde el 2007 hasta ahora.
Ahora bien, lo que resulta obvio es que Alegre quiere que Marito gane las internas coloradas. Y no solo porque es su cuate y socio comercial, sino porque para su candidatura y la alianza GANAR le resultaría mucho más fácil conseguir la Presidencia de la República en el 2018. Y como ya sabe que todo indica que el añetete será derrotado por el oficialista, decidió meter sus narices donde no le llamaron para ver si puede revertir los números. Solo Efraín puede creer que tiene ese poder sobre el electorado colorado. Lo gracioso es que, al final, le salió el tiro por la culata porque la gente reaccionó molesta con su video, y terminó haciendo campaña a favor de Peña.
