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ASUNCIÓN.- El anuncio de que el senador por Avanza País Adolfo Ferreiro sería el acompañante de quien resultare vencedor en las internas liberales de diciembre próximo cayó como un balde de agua fría para sectores de la oposición, a pesar de que hace tiempo han empezado a aceptar la idea de que las posibilidades de volver al poder deberán aguardar, por lo menos, otros 5 años más.
Todo está mal planteado en la oposición, desde que Efraín Alegre llegó a la Presidencia del PLRA con la exclusiva intención de utilizar al partido como un trampolín para su verdadero objetivo, el Palacio de López. Muy pronto se notó que el liberal no tenía ninguna posibilidad de aglutinar a los sectores anticolorados para armar un frente común que pudiera tener alguna chance de recuperar el poder en las elecciones generales del 2018.
En realidad, esto ya había quedado claro en el 2013, cuando su dupla era Rafael Filizzola, tan “simpático” como él. De ahí que resultara tan gracioso el slogan de campaña que habían elegido, “Paraguay Alegre”, en donde ambos mostraban caras de velorio.
Alegre no tiene ninguna condición para seducir a las masas ni mostrar un liderazgo convincente a quienes están hartos de los colorados y pretenden una figura que les dé la posibilidad real de ganar la Presidencia de la República.
Por eso es que, ni bien las encuestas mostraron a Mario Ferreiro como el mejor posicionado para enfrentar a los colorados con posibilidad de éxito, Alegre le ofreció el oro y el moro para que fuera su compañero en la chapa presidencial.
Pero el intendente de Asunción puede no tener mucha experiencia política, pero no come vidrio. Así que la sola idea de hacer el papel de segundón de un tipo al que le triplica la intención de votos era de por sí demasiado absurda. Para colmo, ni su presencia garantizaba el triunfo de la dupla, encabezada por alguien tan rechazado como Alegre, por lo tanto, por insensato, Ferreiro podía quedarse sin la Vicepresidencia de la República y sin la Intendencia de Asunción.
Y la opción terminó siendo el otro Ferreiro, Adolfo, quien no tiene el liderazgo de su hermano pero sí una solvencia jurídica que lo vuelve fundamental en el Senado. Hasta esto perdería si es que persiste en la idea de acompañar a Alegre en la dupla, que ni siquiera aglutinará a toda la oposición porque, por de pronto, el Frente Guasu presentará candidato propio y podría contar con el apoyo del llanismo liberal, salvo que, contra todo pronóstico, el ganador de la interna liberal fuera Carlos Mateo Balmelli.
