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El presidente del PLRA, Efraín Alegre, ha fijado sus ojos en el campo, pero no para buscar soluciones y una vida más digna para los miles de campesinos que viven de la tierra, sino para manipularlos e instigarlos a invadir propiedades privadas. Sus últimas actitudes lo muestran más como un izquierdista que como un liberal. Hasta reparte víveres para conseguir sus objetivos.
ASUNCIÓN.- Alegre olvidó que la ideología liberal defiende el irrestricto respeto a la propiedad privada. Su objetivo fundamental es convertirse en candidato de la oposición para las elecciones generales de 2018 y para el efecto no para mientes en hacer lo que sea con tal de convencer a la mayoría de que es el mejor candidato para la Presidencia de la República.
El PLRA siempre fue un partido con políticos que tenían diferentes grados de liberalismo. No es la primera vez que un liberal está detrás de las invasiones de tierras y en ese sector el que más ha destacado siempre es el senador Luis Alberto Wagner, quien siempre tuvo más en común con la izquierda que con sus correligionarios.
El problema es que Alegre es el presidente de todos los liberales, los más tibios y los más intensos, y estos son una clara mayoría en el partido, por lo que están espantados y escandalizados ante la abierta violación a la ley que protagonizan tanto él como sus lacayos.
La exposición más clara la tuvo durante el desalojo de invasores en Guahory, en donde se lo vio dando indicaciones por teléfono, mostrando evidentemente que estaba detrás de los campesinos que se resistían a abandonar el predio, que era una propiedad privada.
Ver detrás de las invasiones a políticos del Frente Guasu o el Partido Democrático Popular es hasta previsible. Incluso Wagner forma parte del paisaje, por lo que, posiblemente, nunca siquiera intentó postularse a la Presidencia del PLRA. Pero el caso de Alegre es algo muy diferente; más aún porque resulta más que obvio que le tienen sin cuidado las necesidades de la gente del campo ni los motivos que los obligan muchas veces a ocupar propiedades privadas.
Lo que Alegre quiere es adeptos, gente que lo vote. Él hace campaña con las necesidades de la gente y por eso hasta llega a repartir víveres, con plata de quién sabe dónde; eso tampoco importa. Si, además, puede crear zozobra en el gobierno de Cartes, mejor que mejor.
