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Un minúsculo grupo no se puede atribuir el derecho de todo un pueblo, dentro del marco que rige la democracia, ante el afán enfermizo de pretender hacer prevalecer a toda costa sus intenciones apuntadas hacia el camino por llegar a la silla de los López.
Caemos en la ridiculez en pretender convencer al común popular, que si se acepta la figura de la reelección vía enmienda, se llegaría al quiebre institucional de la República.
La intención no pasa por ahí por un grupo de Stronistas y oportunistas, quienes pretenden evitar a toda costa que el tema sea tratado dentro del recinto parlamentario, con el falaz argumento de que el Paraguay volvería a andar como en los viejos tiempos de la dictadura. Ese cuento mal intencionado no le convence al común del pueblo, y más bien quienes lo pregonan tácitamente, sabemos quiénes son, como el mismo colorado disidente, senador Mario Abdo Benítez (h), y los referentes del Partido Democrático Progresista, con el titular del directorio del PLRA, Efraín Alegre. Sus intenciones enfermizas, se constituyen en mentes tan dictadoras al querer atribuirse los derechos del pueblo para trazar su propio destino con la intención de implementar un sistema de gobierno acordes a sus conveniencias.
El grupo de colorados disidentes con la doctrina del centro izquierda en connivencia con el ala izquierda (PDP), y una parte de la derecha del PLRA; encabezado por Efraín Alegre, pretende erigirse en dueños de los más 4 millones de electores del país.
Lastimosamente, no es la primera vez que esto viene ocurriendo, se empeñan e insisten que el tratamiento de la figura de la reelección sea puesta a consideración del pueblo. No se puede seguir coartando la libertad de decisión, que corresponde al elector, soberano en un país donde se dice que prevalece la figura de la Democracia.
Es hora que en nuestro país, donde los derechos más fundamentales fueron violados, y más absurdo aún en este tiempo, un pequeño y reducido grupo político pretenda erigirse en las voces de todo un pueblo. De eso la población paraguaya está cansada hasta el hartazgo, una fórmula en desuso y más aún para el momento actual, lo cual el pueblo tampoco va permitir que un minúsculo grupo de políticos enfermizos esquizofrénicos, decida por ello, con la intención de erigirse en dueños de la verdad de toda una nación.
El pueblo paraguayo se ha despertado, ya no aceptará que unos pocos le siga utilizando para beneficios personales. Está consientes que solo trajo lutos, miserias, y atrasos a la sociedad nacional, por culpa de los sistemas de gobiernos manejados para beneficios individuales y de grupos sectoriales coyunturales.
La decisión está en mano del pueblo, que no está en condiciones de permitir que mentes enfermas y dictatoriales decidan por los mismos. Es una historia que el común está cansado hasta el hartazgo, lo cual no tendrá éxito para aquellos que a toda costa quiere truncar el tratamiento de la figura de la reelección presidencial en el Paraguay.
Si se consideran tan capaces y convencidos que pueden tener a los electores que le va responder en las urnas, surge la pregunta ¿Por qué tanto temor al tratamiento de esta figura? Si el presidente está haciendo bien su deber, tiene todo el derecho a otro periodo más en la función al servicio de la nación, lo cual traerá beneficio a la sociedad en general, sin distinción de colores.
