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La ciudad de Santaní, en el departamento de San Pedro, está proyectando nueva imagen. Su movimiento, en todos los aspectos, es muy bueno y con la actual excelente asistencia del Estado, todo está mejorando. Ahora se instala la idea de convertirla de vuelta en una ciudad de referencia, la que fue durante el gobierno de don Carlos Antonio López. Un sueño de su población es la construcción de la costanera del arroyo Tapiracuái y ya está el proyecto.

SAN ESTANISLAO (Dpto. de San Pedro).- Esta comunidad tiene rica historia y alberga atractivos sitios naturales, los que pueden hacer de ella ciudad turística. Durante el gobierno de don Carlos Antonio López llegó a convertirse en una población de referencia y las mejoras realizadas en el antiguo camino jesuita permitieron un creciente comercio con la capital, sobre todo de madera y yerba mate.

La madera, aunque hoy parezca difícil de creer, salía de la región en jangadas (plataformas hechas con maderos unidos) a través del Tapiracuái. Las caudalosas aguas del riacho se empleaban para transportar rollos que eran arrojados al cauce y en forma vertiginosa iban uno detrás de otro.

El concejal departamental, Omar Alberto Escobar, destaca que el acompañamiento del gobierno central es muy importante y gracias a eso nuestra ciudad mostró gran mejoría, “es que hay ejecuciones de obras y desarrollo de programas sociales que benefician a centenares de familias”, sostuvo Escobar.

Y dentro de los emprendimientos del Estado en esta ciudad, no se debe olvidar la construcción del prolongado puente de hormigón sobre el arroyo Tapiracuái, reemplazando un viejo y destartalado paso de madera, que ni fue reparado durante los gobiernos anteriores.

Ahora se instala una expectativa sobre la concreción de un largo sueño, la construcción de la costanera del Tapiracuái. Hay que destacar que éste es el principal lugar turístico de la ciudad y ahora se podría concretar la obra, gracias a la Entidad Binacional Yacyretá. Técnicos de la misma ya visitaron la zona para relevamiento de datos técnicos.

Las tareas consistieron en conocer todo lo concerniente al aspecto geológico, gaeográfico y ambiental para posteriormente llevar adelante un estudio minucioso del terreno y en base a eso proyectar lo que sería la costanera del Tapiracuái.

Los enviados de la EBY manifestaron que es altamente posible que se construya la costanera del Tapiracuái, porque la orden de realizar las tareas de relevamiento de datos del lugar provino del propio director de la entidad, Ángel María Recalde. Se trata de un sueño largamente acariciado por los santanianos y esta obra traerá importante beneficio económico a la ciudad.

La proyectista de la EBY, arquitecta Laura Miño, manifestó que la tarea esta caratulada como “prioridad”. El arroyo Tapiracuái es el principal atractivo turístico que tiene el distrito de San Estanislao y una costanera en el sitio traería enormes beneficios económicos no solo a la ciudad, sino a la región.

CENTRO DE ACOPIO DE PRODUCTOS VARIOS

Una importante asistencia brinda el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a los productores de esta zona. A través del Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible (Proders), habilitó un centro de acopio de productos varios y entregó herramientas de trabajo a una organización campesina integrada por cinco comités y asociaciones de pequeños productores del distrito de San Estanislao. El proyecto tuvo un costo aproximado de G. 436 millones.

El Centro de acopio y equipamiento es para producción, comercialización de leche, hortalizas y granos. Según los responsables de Proders, los fondos utilizados no son reembolsables, y forma parte del programa de desarrollo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Además del centro de acopio, fueron entregados a los integrantes del gremio una trilladora de granos, un motocultor, un generador de electricidad, cuatro motocargas, una sembradora con tracción animal y mecánica y una enfriadora de leche de 1.000 litros de capacidad.

Una muestra del acompañamiento constante del Estado a los trabajadores productores de esta ciudad.

IMPOSIBLE SIN EL AGUA DE TAPIRACUÁI

El santaniano no concibe su comunidad sin las aguas del arroyo Tapiracuái. Aún es posible navegarlo y en las afueras de la ciudad pueden capturarse muy buenas presas de boga y mandi’i. Los esteros se extienden a lo largo de su curso, con buenos criaderos de peces.

Parte del mito colectivo es la creencia de que basta con pisar las aguas del Tapiracuái para quedar prendado con Santaní. Y algo de cierto tiene, dado que las aguas del arroyo se asocian con una ciudad hospitalaria, acogedora, en donde surge la invitación para volver.

En lo que queda del antiguo camino de López se establecieron pequeños poblados, algunos de ellos rodeados por los esterales del Tapiracuái. No faltan historias de buscadores de oro, de personas que aseguran que espíritus que no encuentran paz indican sitios precisos donde se ocultan tesoros de aquellos que huían de la guerra.

Es un mundo fantástico donde se unen mitos y el convencimiento ciego de que esa zona encierra misterios que nunca se podrán descifrar.

Tapiracuái está compuesta por dos palabras en guaraní: Tapi o Tapyi significa choza, hogar o casita. Racuai o Ryakua que quiere decir olor.

En síntesis significa “olor de hogar”.