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Tal como viene sucediendo en todos los procesos electorales, a medida que se acerca la fecha de la votación, las encuestadoras comienzan a “ajustar” sus pronósticos. Y este que vivimos, con miras a las internas de diciembre, no es una excepción. Para la consultora dirigida por Francisco Capli, First Análisis, una especie de “agencia cautiva” del diario ABC color, ahora resulta que Horacio Cartes goza de una altísima popularidad en Asunción.
Algo similar sucede con las publicaciones del diario Última Hora, que hace tan solo un mes otorgaba la victoria a “Marito” por un margen de 25%, según Ibope, y actualmente da casi por hecho el triunfo de “Santi”. Ninguno explica el motivo de las bruscas variaciones, ni lo harán, pues lo único que sucede es que tienen que ir aproximándose un poco a la realidad, para que el fracaso de sus previsiones no resulte verdaderamente estrepitoso.
De acuerdo al sondeo de “First”, el mismo Cartes de hace poco tiempo atrás, cuando esta encuestadora decía que su popularidad estaba por el subsuelo, casi como Temer en Brasil, que bate todos los récords en esta materia, pasó a contar con la aprobación del 66,1% de los asuncenos, 54,1% de los cuales considera que su gestión es buena y 12% muy buena. Y esto se traduce en la intención de votos para el Senado, que lógicamente encabeza el presidente de la República, seguido de Luis Castiglioni y Nicanor Duarte Frutos.
Última Hora, sin mayores sutilezas, apuesta sus fichas a favor de la alianza opositora (GANAR) y en sus publicaciones enfatiza la importancia de “derrotar a Cartes y a su modelo”, que es el eje político principal de dicha organización, reconociendo así que Santi Peña, que pretende darle continuidad al proyecto cartista, será el candidato del coloradismo en las generales de abril del 2018.
La contradicción es tan alevosa que hasta resulta grosera, pues, a finales de agosto, el diario de Antonio J. Vierci anunciaba con gran gozo el “triunfo aplastante” de Marito, por una diferencia gigantesca de 25 puntos por encima de Peña. Una falsedad absoluta, como lo demuestra con el simple hecho de respaldar actualmente desde todos sus medios a la alianza PLRA-Frente Guasu, frente al “modelo cartista”, que al parecer ya lo ve como victorioso en las internas del 17 de diciembre.
No hay nada nuevo en todo esto. Es lo que las encuestadoras repiten elección tras elección. Tanto la de Capli, como Ibope y también las otras. Manipulan los datos de los sondeos que realizan, si es que los realizan, a favor de los candidatos que les indican Zuccolillo y Vierci; luego, con el correr de los meses, van “corrigiéndolos” para acercarse más a las tendencias reales y terminan el proceso con el último corte de la boca de urna, porque en el primero también mienten de acuerdo a lo convenido.
La experiencia indica que estas empresas y sus directivos se comportan como vulgares estafadores, que recurren a la falsificación de datos con el objetivo explícito de inducir al voto de los electores mediante el engaño.
En consecuencia, solo cabe repudiar el “trabajo” que realizan y denunciarlos por pervertir un instrumento de carácter científico, como son las encuestas, rebajándolo al de una herramienta puramente electoralista.