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Equivocan el camino

Los recientes actos de celebración del aniversario fundacional de la ANR, sirvieron para dejar en claro nuevamente una cosa: ¿Quién es el mandamás indiscutido dentro del Partido Colorado?

Uno de los actos, el tradicional, una muchedumbre enfervorizada, todo teñido de rojo, hasta la línea del horizonte, grupos de jóvenes que por sí y ante sí vitoreaban al líder, otros que no le dejaban hablar ante el insistente pedido de “rekutú…rekutú”, etc. Hasta las acusaciones de siempre, de que se habían producido arreos de funcionarios públicos, etc, aunque faltó una de las denuncias favoritas de la prensa en estos casos: El uso de bienes del Estado, vehículos de instituciones públicas, especialmente. Todo a lo que nos tiene acostumbrados el Partido Colorado, en sus grandes eventos públicos.

En el otro festejo,  cuatro gatos locos, discursos desabridos, más agresiones, que razones, ¡qué mal se habrá sentido ese grupúsculo¡ que de pronto tiene delirios de grandeza y piensa que podría enfrentar en las urnas al gigante con el que quiere competir.

“Marito” posiblemente piensa que -siendo un poco chabacanos-“churro ro-ópe”, como dice nuestra gente, puede salir adelante. Posiblemente encandilará a un par de respetables señoras, como la senadora Blanca Ovelar, quien es fanática seguidora suya. Pero por supuesto…hasta ahí nomás.

También el carilindo conquistó al más “despreciable de todos”, como el chacal de Don Francisco, el senador Arnoldo Wiens, a quien HC recogió de la basura de una campaña electoral fracasada y contra viento y marea lo ungió legislador, para que a la primera trompeta, este rey de los malagradecidos, se pasara al bando contrario. Pastorcillo súper doble cara.

Otro que bien baila en este mismo merengue es el hombre que pese a su lema no se res-petta. El inefable senador ya no se aguantaba más. Hasta que finalmente apareció en el acto de Marito, con un pañuelo colorado al cuello como para que no queden dudas de su traición al PEN.

Llevó al colmo su caradurez y falta de ética, declarando que “Yo nunca me fui (del Partido Colorado), estuvimos en una situación muy especial con el Encuentro Nacional. Le estoy eternamente agradecido”, dijo. Genial.

En fin, a la vista de lo acontecido, “ndaiporai esta amenaza”, como se dice asimismo en la jerga popular. Deberían detenerse, repensar las cosas, no van a poder andar siempre del brazo de la generala Desirée y la Multibancada izquierdosa, dejar de poner palos a la rueda del Gobierno, e intentar un acercamiento serio y –humilde, sobre todo- sin delirios de poder,  para recomponer el panorama que así como viene la mano, el callejón no tiene salida.

Si van más lejos y siguen constituyéndose en la única oposición consistente para el Gobierno, todo se va a volver más difícil. Ahí están también los brazos abiertos de otro que bien baila, Nicanor yyapú, quien no se da cuenta de que de la llanura, él, no saldrá jamás.

Ojo, que decimos oposición al Gobierno. Que en sus devaneos presidencialistas hagan perder el tiempo al PE, que está intentando hacer una gestión que sea recordada como la más constructiva de la historia reciente del país. Eso sería lo verdaderamente grave.

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