Los familiares de la víctima se manifestaron en frente de la casa del camarista Isidro “Cacho” González, uno de los que firmó la liberación del presunto abusador.
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Escrachan a camaristas que liberaron a presunto abusador

CIUDAD DEL ESTE.- El camarista Isidro  “Cacho” González fue escrachado por los familiares de una niña de 9 años, víctima de abuso sexual, por haber otorgado la libertad al presunto abusador. Se trata del exagente de la Interpol, José María González Marecos, quien, de acuerdo a la carpeta fiscal, mantenía como esclava sexual a su pequeña hijastra. Los manifestantes anunciaron que los escraches seguirán ahora frente a la vivienda de otro magistrado, Aniceto Amarilla, quien también firmó la resolución otorgando prisión domiciliaria al supuesto depravado.

El padre de la menor expresó su indignación al enterarse que los jueces habían resuelto liberar al criminal. “Caí en una profunda indignación cuando los camaristas Isidro González y Aniceto López votaron a favor de la libertad del expolicía abusador”, manifestó. Entretanto, destacó “la acertada postura de la otra integrante del tribunal, Mirian Meza, quien votó en disidencia, lo que al menos nos da una pizca de ilusión de que aún existen en el país magistrados probos, que persiguen el fin de reinstaurar la justicia en el Paraguay”.

La víctima había relatado en Cámara Gessel cómo era sometida sexualmente. “Los sistemáticos abusos se prolongaron por más de 3 años, tiempo en que mi hija era mantenida como esclava sexual por su padrastro, quien lo silenciaba con amenaza”, relató el padre.

El caso data de hace 3 años y en todo este tiempo no se pudo llevar a cabo la audiencia preliminar porque la defensa, con aval de algunos jueces, recurren a chicanas.

“Le están dando vía libre para fugarse del país y burlarse de la Justicia, como hasta ahora está haciendo, recurriendo a chicanas”, destacó.

Los camaristas otorgaron la libertad del supuesto abusador por haber compurgado la pena mínima para la causa por la cual está acusado, es decir, tres años. Sin embargo, los querellantes afirman que se llegó al tiempo límite justamente por la chicanería de los abogados defensores. Es más, el expediente quedó encajonado por casi 9 meses en la misma Cámara de Apelaciones. Aún así, “el abusador fue premiado”, afirmaron.

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