OAKLAND – Un equipo internacional de científicos de la Escuela de Medicina de Dunedin (Nueva Zelanda) y la Universidad McMaster en Ontario (Canadá) ha comprobado que algunos malos hábitos de los niños como chuparse el pulgar o morderse las uñas pueden ser beneficiosos para la salud.
Según el trabajo de los científicos, si los niños se someten a los efectos de los microbios a una edad temprana, son menos susceptibles a sufrir alergias. A pesar de su supuesto efecto beneficioso, los médicos también han hecho un llamamiento a no fomentar las malas costumbres entre los pequeños.
El objetivo de la investigación era comprobar que los hábitos como chuparse los dedos o morderse las uñas aumentan la afluencia de microorganismos al sistema inmunológico de un niño y como consecuencia reducen el riesgo de que sufra reacciones alérgicas.
Los científicos llegaron a esta conclusión tras haber estudiado la salud de miles de personas en Nueva Zelanda desde el momento de su nacimiento. Cuando los participantes cumplieron los 13 y 32 años de edad, los biólogos realizaron un test dérmico.
Los resultados de las pruebas y las observaciones llevadas a cabo durante décadas revelaron que el 45% de los niños de 13 años era alérgico. Sin embargo, tan solo el 40% de las personas que se chupaban el pulgar en la infancia mostró reacciones alérgicas.
Además, los sujetos propensos a morderse las uñas también resultaron tener una mayor resistencia frente a las alergias.