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ASUNCIÓN.- Por segunda semana consecutiva la Cámara de Senadores no pudo realizar su sesión semanal por falta de quórum, aunque ahora los que se ausentaron fueron los disidentes y opositores, que así evitaron que se debata sobre la deuda a la petrolera venezolana, ahora que se sabe que los responsables fueron los gobiernos de Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo.
Siempre es un placer quedarse en la cama, más aún en estos días de intenso frío, al que no estamos acostumbrados los paraguayos, aunque los ciudadanos comunes debemos levantarnos a trabajar sin importar la temperatura que haga. El problema de los legisladores es que no están acostumbrados a trabajar, así que cualquier excusa es buena para rabonear y dejar de asistir a la sesión que les obliga a estar presentes una sola vez a la semana y ni eso son capaces de cumplir a pesar de cobrar más de 30 millones de guaraníes mensuales solo en sueldo, sin contar los otros beneficios.
Ayer no pudieron sesionar, otra vez, porque no hubo quórum para hacerlo (mitad más uno del total). Así que volvieron a quedar postergados temas fundamentales que desde hace 15 días figuran en el orden del día y deberán seguir esperando por lo menos otra semana más, siempre y cuando les pase la abulia y se decidan a trabajar.
En la sesión de ayer se debía analizar la situación del presidente del Indert, Justo Cárdenas, y decidir si se lo convocaba a una interpelación. Además, figuraba en el orden del día un pedido de informe sobre la planta nuclear que los argentinos están construyendo en Formosa, frente a territorio paraguayo.
El punto álgido de la sesión habría sido la discusión sobre la deuda que nuestro país mantiene con PDVSA, la petrolera venezolana, que ahora reclama el pago total; el gobierno nacional ha dado a conocer un comunicado en el cual responsabiliza de la situación a Duarte Frutos y Lugo, además de las reiteradas veces que se ha intentado, en este periodo, pagar la deuda.
Sin embargo, los disidentes y sus aliados luguistas evitaron la discusión borrándose de la sesión. En los últimos días ha quedado demostrado que el exobispo y actual senador de Frente Guasu no tiene ningún argumento válido para defenderse de las acusaciones del gobierno actual, por lo que, al parecer, ha optado por evadir cualquier discusión sobre el tema.
