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RÍO DE JANEIRO.- La puerta que debería abrir el candidato a la presidencia de Brasil por el Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, para conseguir el respaldo del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, “se estropeó; está oxidada”, declaró el exmandatario brasileño. Y enseguida añadió que, de cualquier modo, “las personas están hoy tomando posiciones en forma independiente de los apoyos”.
En ese mismo tono insistió: “La puerta debería estar abierta. Pero después que se abra ya no hay mucho para hacer”. En verdad, el expresidente y sociólogo que en el pasado se declaraba alumno y sucesor de Florestán Fernandes, quiso dejar la famosa puerta medio entornada ante el triunfo casi seguro del ultraderechista Jair Bolsonaro: “Gane quien gane (el 28 de octubre) Brasil va a precisar de cohesión” y él, según dijo, está dispuesto a formar entonces “un frente en favor del pueblo, en libertad y democracia. Por eso, estaré dispuesto a dar una mano a quien quiera”. De hecho, incluía de esta manera al propio Bolsonaro.
Haddad desplegó una intensa actividad. Entre los encuentros más destacados estuvo la cita con las iglesias Metodista, Presbiteriana, Baptista, Anglicana, Asamblea de Dios, Betesda, y el Frente Evangélico por el Estado de Derecho. A ellas les presentó una “Carta Abierta al Pueblo de Dios”, donde citó un pasaje de los evangelios: “Hay seis cosas que el Señor odia y la séptima su alma abomina: ojos altivos, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que maquina pensamientos perversos, pies que se apresuran a correr hacia el mal, y el falso testimonio que profiere mentiras y siembra contiendas entre hermanos”.
