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ASUNCIÓN.- El senador Fernando Lugo votó en contra de la enmienda por sus convicciones personales y porque él sostiene que está habilitado para volver a competir en las elecciones, según Aníbal Carrillo, dirigente de Frente Guasu, quien aseguró compartir la misma tesis por “una fundamentación razonable, histórica, política, legal y constitucional”.
Ya el año pasado, el abogado de Lugo, Marcos Fariña, había lanzado la idea de que su jefe no tenía impedimento para volver a postularse para la Presidencia de la República, porque cuando la Constitución habla de la no reelección, se refiere solamente a los periodos consecutivos y no los alternados.
Con esta teoría, están habilitados, no solamente Lugo, sino todos los expresidentes desde Juan Carlos Wasmosy para arriba, incluido, lógicamente, Nicanor Duarte Frutos, quien se encuentra ya en intensa campaña buscando su reelección.
Al comienzo, mucha gente pensó que se trataba de algún chiste o un delirio de Fariña, ya que hasta entonces jamás se había planteado una posibilidad como ésta. La Constitución dice que está prohibida la reelección presidencial, en todas sus formas, así que parece bastante absurdo buscarle una interpretación diferente.
Sin embargo, poco después el mismo Lugo dijo tener la misma interpretación y poco después ya fue el Frente Guasu, un conglomerado de partidos y movimientos políticos de izquierda, el que asumió la responsabilidad de llevar adelante la campaña y la candidatura de Lugo para un segundo mandato, en el convencimiento de que no tenía ningún impedimento constitucional para el efecto.
En el fondo, varios sectores pensaron que tanto Lugo como los luguistas utilizaban esta interpretación constitucional solo como forma de proselitismo y que, en el fondo, sabían que no estaba habilitado, por lo que serían de los que aprobarían la posibilidad de que la reelección sea instituida vía enmienda constitucional.
De ahí que sorprendió que Lugo votara en contra de la enmienda. Más allá de que sea cierto que crea que está habilitado, con esa sola posibilidad se expone a que su candidatura fuera inhabilitada por una interpretación contraria, y la enmienda le hubiera facilitado las cosas.
Pero no. Según Carrillo, el expresidente votó en contra por sus convicciones personales y porque sostiene que está habilitado, aunque dejó abierta la posibilidad de que tuviera otras razones, desconocidas para él. Y el mismo Carrillo está de acuerdo con la teoría de que Lugo está habilitado para competir, sin necesidad de una enmienda que permita la reelección.
Los luguistas parecen no dispuestos a buscar un mecanismo que les facilite los planes. Están convencidos de que su candidato está habilitado y con esa idea continuarán su campaña.
