ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Frente Guasu quiere que Fernando Lugo sea el presidente del Senado y el Congreso en el período que se inicia el 1 de julio próximo y termina el 30 de junio del 2018. Según Hugo Richer, temen que al estar en el cargo, el exobispo deba asumir la primera magistratura por un breve tiempo, al renunciar Horacio Cartes y Juan Afara, lo que le impediría, luego, volver a ocuparlo.
Lo único positivo de la tesis planteada ayer por Richer es que, finalmente, pareciera que los luguistas aceptaron que su líder ya no puede volver a postularse como candidato luego de que fracasara el proyecto de reelección vía enmienda constitucional.
Sin embargo, no resulta muy claro cuál es el temor que tienen ante la posibilidad de que Lugo pudiera ser electo presidente del Legislativo en el período que se inicia en menos de 2 meses. Según Richer, en el supuesto caso de que fuera electo, entraría tercero en la línea de sucesión a la Presidencia de la República, detrás del presidente y el vicepresidente.
Esto significa que, si se confirma que Cartes se postule al Senado y Afara pretenda algo similar, ambos deberán renunciar unos meses antes de las elecciones, lo que haría que Lugo, como presidente del Congreso, tenga que jurar como presidente de la República hasta que asumiera quien resultara electo en los comicios de abril próximo.
Hasta aquí no hay inconveniente alguno. Pero, según Richer, parece que hay versiones de que al dejar de suplantar al presidente de la República, Lugo no podrá volver a ser senador, algo que resulta muy confuso. En primer lugar, para el 15 de agosto del año próximo, cuando deberá asumir el nuevo presidente, Lugo ya no formaría parte de la Cámara de Senadores, salvo que se postulara de nuevo para otro período.
Así que lo que hay que averiguar es si el presidente del Senado y el Congreso pueda postularse al rekutu si es que, por la renuncia de Cartes y Afara, esté en el ejercicio de la Presidencia de la República. Este no será solo problema de Lugo sino de cualquiera que pretendiera volver a la Cámara Alta y que también quisiera ocupar la Presidencia del plenario en el último año de este período.
Es decir que si el presidente del Senado deba ejercer la Presidencia de la República, lo más probable es que quedara inhabilitado para volver a postularse como candidato de la cámara. Así que presidir la mesa directiva del Congreso, en este último año, más que un premio podría convertirse en una pelota tatá para cualquiera que tuviera ansias de ser reelecto como legislador.
