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Rafael Filizzola, el imputado exministro del Interior de Fernando Lugo, convocó a una conferencia de prensa como presidente del Partido Democrático Popular para amenazar con un juicio político al presidente Horacio Cartes. En lugar de iniciar un proceso que no puede ganar, debería centrar sus esfuerzos en demostrar qué hizo con el dinero del Ministerio del Interior, por cuya desaparición se le acusa.
ASUNCIÓN.- La cabra no se mira el trasero, dice una expresión catalana muy acorde a este caso. En la conferencia de prensa del PDP hubo más periodistas que afiliados (aunque estaban todos), lo que demuestra que este grupito político no tiene ningún poder en solitario, salvo que se alíe a sectores con los que toda la vida estuvieron enfrentados, como la disidencia colorada.
En la reunión, Filizzola demostró ser digno marido de Desirée Masi, porque se mostró tan delirante como ella y cometió varias contradicciones. En primer lugar, da risa que un imputado por la Justicia pretenda mostrarse como paladín de la Justicia y la honestidad, pero lo hizo sin ninguna vergüenza, en lugar de dedicar sus esfuerzos a demostrar que no tuvo nada que ver en el negociado por la compra de helicópteros para la Policía, y otro por la desaparición de mucho dinero que debía ser destinado a la refacción de las comisarías, todo de cuando era ministro del Interior.
Según el marido de Desirée, se iniciará el proceso de juicio a Cartes por el caso del veto del Ejecutivo al Presupuesto General del próximo año. Otro chiste suyo es que al recurrir a la atribución que le da la Constitución de vetar una ley, el jefe de Estado ha violado la Ley de Responsabilidad Fiscal, justamente la que las cámaras habían violado al modificar el proyecto del PGN remitido por el Ejecutivo.
Pero fue más allá. Tanto atacar al gobierno por la emisión de bonos por, supuestamente, el terrible endeudamiento del país, ahora resulta que con el veto, se perjudica la posibilidad de utilizar estos bonos, lo que generaría incertidumbre. “Quien va a querer tener bonos paraguayos cuando hoy tenemos un presupuesto que no está aprobado por el Parlamento”, dijo Filizzola.
Y este, en realidad, fue su broche de oro. No solo es caradura, sino que Rafa demuestra una ignorancia supina sobre lo que dispone la Constitución, que dice claramente que si el Presupuesto del año siguiente no está promulgado, se continuará con el mismo del año anterior, ¡Que ya fue aprobado por el Parlamento!
