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Por fin, “alguien” se ocupó de ellos

Los más pobres entre los pobres…esa fue siempre la descripción que mejor encajó al hablar de la situación de los indígenas del Paraguay. De manera permanente todo el mundo se refirió a “ñande ypykuera” en ese sentido…las iglesias, las ONGs que recibieron importantes donaciones en nombre de ellos, dólares que nunca les llegaron, que quedaron  por el camino, dejándolos siempre sumidos en la más triste miseria.

El listado de personas y entidades que se beneficiaron  pidiendo plata a nombre de los indígenas, sin que nunca hayan movido realmente un dedo para sacar a los mismos de su aberrante condición, es realmente extensa, como vergonzosa.  Robarle su dinero a los más pobres entre los pobres, posiblemente tenga un ejemplar castigo divino.

Se suele decir que robar a un ladrón tiene cien años de perdón, robar a los nativos, posiblemente tenga entonces cien años de condena.

Todos los gobiernos en la historia del Paraguay en mayor o menor medida se aprovecharon  también de ellos. Aprobaron  presupuestos interesantísimos para la ayuda…que nunca llegó. La plata se “comió” como le gusta decir al paraguayo, entre cuatro paredes, entre los gobernantes de turno.

Estuvieron ellos así todo este tiempo. Tirados bajo los puentes,  pidiendo limosna en los semáforos importantes, conformando una legión de menesterosos que nadie quería ver.

Nunca nadie hizo nada por ellos.

Hasta el advenimiento del gobierno de HC. El lector podría pensar que empezamos de nuevo con zalamerías, con chupamedismo, como se dice en la calle.

Pero como siempre, cuando se habla de logros de la actual administración, los “números” nos respaldan.

El dato surgió,  clarito, en la reciente rendición de cuentas del titular de la SAS,  al Jefe de Estado.  Exponiendo sobre el modo en que “Tekoporã” había extendido sus alas sobre más y más marginados sociales, Héctor Cárdenas sostuvo para quien quisiera escucharlo que el “gobierno dio un salto importante, pasando de una cobertura del 3 al 95% de todas las comunidades indígenas que existen a nivel país, dijo.

Del 3 al 95%…conviene recordar el dato. Sólo el 3% de esta gente estaba protegida por el mencionado programa cuando subió el gobierno de Cartes. Hoy en las postrimerías de su administración, casi la totalidad de estos antepasados nuestros, recibe el mencionado auxilio estatal.

Por supuesto que se debe hacer mucho más para que estos compatriotas recuperen una condición de vida digna de acuerdo también a sus culturas ancestrales.

Existe otro segmento social marginado del que se ocupó personalmente el presidente. Un sector al que tampoco nadie jamás le dio pelota, como se dice vulgarmente.

Pero vamos a hablar de ello en un próximo editorial.

Recordamos estas conquistas no para un vano elogio sino para que cunda el ejemplo y nunca más se deje librados a su suerte a estos seres humanos que nos recuerdan de dónde venimos y que constituyen un desafío que nos señala el camino a una sociedad más inclusiva…

 

 

 

 

 

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