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ASUNCIÓN. El senador trucho de Añetete, Rodolfo Friedmann, es un caradura en serio. El ex gobernador del Guairá fue tratado de “ladrón y sinvergüenza” nada menos que por su padre y hoy quiere presentarse como el impoluto y hasta quiere investigar los presuntos hechos ilícitos de otro congresista.
Y así, en su condición de parlamentario “mau”, quiere meter mano en el caso del diputado Ulises Quintana, mediante la creación de una “Comisión de Investigación del Senado”. Pero habría que ver cuál es su verdadero objetivo, tal vez intentar presentarlo como inocente, considerando que son del mismo movimiento partidario, Colorado Añetete.
Pero, lo que se necesita en una situación como ésta, en la que está involucrado un parlamentario, es todo lo contrario, que los políticos saquen definitivamente sus garras de la justicia, que dejen trabajar en paz a los fiscales y jueces.
Friedmann propuso, en la sesión ordinaria de ayer jueves, la creación de una comisión especial para acompañar y apoyar la investigación del megaoperativo Berilo, realizado en el Alto Paraná. El congresista que no fue electo, ni proclamado, explicó que se desnudó una red de tráfico de drogas y cuyo líder sería Javier Reinaldo Cabaña, alias Cucho, por el que cayeron agentes policiales y fiscales, además de un diputado, Ulises Quintana.
El “senador” de Añetete explicó que la comisión especial sería para apoyar las investigaciones que se iniciaron seis meses atrás y cobraron notoriedad hace una semana, cuando comenzó una serie de 22 allanamientos en varios puntos la ciudad esteña y en otros municipios de la zona.
Friedmann argumentó: “Para respaldarles a las autoridades, al Ministerio Público, no podemos estar ajenos, simplemente estar mirando desde la gradería”, dijo. Seguidamente exhortó a que el pedido sea tratado en la brevedad posible y que tome intervención el Senado. La moción fue secundada por el senador liberal Enrique Salyn Buzarquis.
Realmente sorprende cuando una persona con pésimo antecedente tome iniciativa así. Rodolfo Friedmann fue acusado por su padre de ser “ladrón y sinvergüenza”. Rodolfo Max Friedman Alfaro lo había denunciado también como supuesto contrabandista de azúcar.
Recordó también que el hoy senador “mau” fue presidente de la azucarera de la familia Friedmann de Villarrica “y le eché de la presidencia a mi hijo por robar, por corrupto”, dijo. Agregó en aquel momento que su hijo “vive en un verdadero búnker, con todos los lujos y con lo que robó puede vivir así”, subrayó.
