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El fuego de la desidia

Lo escuchamos en la 107.5 de CDE, retransmitida localmente por Radio 1000. Uno de los jefes de los cuerpos de bomberos voluntarios, los azules (¿) desnudando la interna de estas organizaciones, tan apreciadas por la gente, pero aparentemente con múltiples problemas de fondo, que pasan también por la corrupción, y que quedaron en evidencia luego de la catástrofe en el bloque “C” del Mercado de Abasto.

Denunciaba con todas las letras que los “amarillos”, liderados por tan mediático Cp. Rubén Valdez, tenían una chorrera de ingresos por diferentes conceptos. De instituciones del Estado, de firmas privadas, incluso de los permisionarios del Abasto, también les entraba plata y dijo que en esto Valdez era muy hábil, por asesoría de instalaciones de seguridad para construcciones y supervisión de las mismas para habilitar edificios, etc.

Según su criterio, pese a ello, no cumplían su labor o lo hacían mal, dando a entender que una de las consecuencias de ello, el incendio del bloque “C”, estaba a la vista.

Recordó también el hombre, en la substanciosa entrevista, que apenas un año atrás habían planteado una garita de bomberos en el Abasto. Se pusieron las pilas. Se instalaron precariamente, según entendimos, poniendo dinero de su bolsillo, pero nadie les dio pelota para la continuidad de una iniciativa tan importante.

Señaló a funcionarios de la Comuna quienes les dijeron que sí, que no, el mismo intendente Mario Ferreiro no los recibió nunca, pese a promesas en contrario, etc. etc.

Luego de escuchar su testimonio le entra a uno un desasosiego al tener la certeza de lo mal que se hacen las cosas en nuestro país.

Y uno piensa… ¿cómo es que no sobrevienen más tragedias en estas condiciones?

¡Que oportuno hubiese sido si la garita planteada estaba funcionando! La alerta se habría dado de manera oportuna y  el infierno no se habría desatado.

Ahora hay tres centenares de familias y más, que lo han perdido todo y se debe encarar un enorme sistema de auxilio del Estado, nuevamente, que últimamente se pasa tapando agujeros, algunos producidos por fuerzas incontrolables de la naturaleza, y otros, como en este caso, por nuestra habitual desidia y dejadez.

Ahora todo el mundo está alarmado  y reclama soluciones. Se pondrán los parches correspondientes y todo volverá a ser igual, hasta la próxima tragedia.

No aprendemos la lección. En la situación que exploto en el Abasto todo el mundo tiene su cuota de responsabilidad. Hasta los puesteros que ahora gritan a voz en cuello, encolerizados, pero que hicieron la vista gorda ante el hacinamiento, la precariedad y la corrupción.

Se aproxima fin  de año. En las veredas, ante el sol quemante, estarán los famosos juegos pirotécnicos. Una invitación al desastre.

La gente y también las autoridades respectivas, lo verán y pensarán…aichinjaranga necesitan trabajar…

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