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Bien sabemos que las Pymes, siguen constituyendo en cualquier país los principales generadores de fuentes de trabajo. En Paraguay los tenemos a muchas de ellas trabajando en diferentes segmentos de negocios tanto denatro del Gran Asunción como en todo el interior de nuestro país.
Una de las características primarias de estas empresas radica en que cuentan con una estructura organizacional pequeña, incluso muchas de ellas todavía muy artesanal, que precisan por parte de nuestras autoridades económicas coadyuvar fuertemente al fortalecimiento de las mismas a través de programas intensivos de inclusión financiera que les permitan poder acceder a los productos crediticios y no crediticios que ofrecen las instituciones de nuestro sistema financiero.
Uno de los principales obstáculos con los que se encuentran estas Pymes al momento de acudir a un Banco o Financiera a solicitar asistencia crediticia, radica justamente en la debilidad de su estructura organizacional, que nos les permiten hasta ahora contar con una organización contable ordenada que se pueda visualizar a través de la posición económica-financiera-patrimonial de las mismas, al igual que la de otros aspectos básicos que requieren estas instituciones para la toma de decisiones antes de poder aprobar el desembolso de los préstamos destinados tanto a capital y trabajo y/o inversiones en bienes de capital.
Y aquí llegamos al “punto neurálgico” que se refiere justamente a la falta de una mayor Educación Financiera, que puedan fluir desde de toda su plana directiva y que vayan permeando hacia los demás niveles de las mismas, pues se nota que se dan por parte de ellos buena intención con seguir creciendo dentro del mercado y de los rubros que los explotan, pero dado que muchas de ellas no muestran adherencia a los parámetros mínimos de aceptabilidad para ser sujetos de créditos pues entonces muchas veces quedan afuera.
En estos momentos justamente está en el Parlamente un Proyecto de Ley sobre Fondo de Garantía para las Pymes que actúen como un respaldo adicional para las entidades financieras a fin de que el acceso a los créditos puedan fluir en forma mucho más efectiva y dinámica.
La inclusión financiera tanto para las Pymes como para los emprendedores en general no se deberían de circunscribir solamente al Gran Asunción, sino también ser extensivo al sector rural que les permitan poder ir fortaleciendo, y expandiendo sus ramos de negocios y que puedan contribuir a una mejor calidad de vida, lo cual independientemente a acrecentar los niveles de Educación Financiera en los mismos también se debe marcar una mayor presencia con un abanico variado de facilidades crediticias, fomentando el ahorro y al mismo tiempo abaratando los diferentes medios de pago.
La inclusión financiera llevada en forma profesional y con mucha aptitud y actitud además de ayudar a que las Pymes y los microempresarios puedan ir cumpliendo con sus metas y objetivos también en el campo se constituye en una buena aliada para combatir la pobreza familiar.
