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El vicepresidente de la Asociación Rural del Paraguay, Dr. Manuel Riera, habló sobre los primeros 100 días de gobierno del presidente Mario Abdo Benítez y señaló que los primeros pasos siempre son inseguros, “como los que dan los niños que dejan de gatear”. “El problema está en que, si bien un gobierno que se estrena intenta andar, el país nunca dejó de hacerlo, con independencia de los demás poderes del Estado, y conciliar los tiempos no es fácil. Si analizáramos los primeros pasos de esta Administración en las tres áreas: social, económica y política, las señales son contradictorias, salvo en lo económico”, sostuvo.
ASUNCIÓN.- Según Riera en materia política se advierte un reacomodo de sus actores, ante un nuevo modelo de administración horizontal, sin “bajada de líneas”, cuanto menos explícitamente, con mayor diálogo, y avances hacia una suerte de “glásnost” criollo.
En materia social la situación está revuelta, los sectores radicalizados –como siempre– aprovechan los pasos inseguros de un gobierno nuevo, que hesita en tomar decisiones drásticas, planteando la confrontación, a sabiendas de que “en río revuelto hay ganancia de pescadores”. En nuestra opinión, la respuesta a esta situación, y a cualquiera, siempre es la ley: ley igual para todos. Hacer realidad la teoría del gobierno de leyes, no de hombres.
Asimismo el Dr. Riera respondió a las siguientes preguntas:
ADN.- ¿En el aspecto económico, cuáles son los avances y retrocesos?
- MANUEL RIERA.- En lo económico, el esfuerzo del Ministerio de Hacienda por enmarcar el Presupuesto General en la Ley de Responsabilidad Fiscal es una señal positiva, al igual que la decisión de instalar una mesa de diálogo con el sector privado para analizar una reforma tributaria integral, donde el sector privado insistirá en el control y la calidad del gasto público y la ampliación de la base tributaria, sin dejar de oír las necesidades del Estado.
Sino el único, el principal actor que tiene suficiente capacidad para distorsionar el mercado es el Estado. De ahí que vemos con buenos ojos que actúe con responsabilidad fiscal, pues, el desequilibrio fiscal es responsable de la inflación, y ésta de las soluciones mágicas, que siempre terminan en aumento de impuestos y destrucción del aparato productivo.
En un país eminentemente agropecuario, si el campo anda bien, el país también. De ahí que alentemos el fortalecimiento y énfasis en una moderna y eficiente cartera de agricultura y ganadería, en cooperación con la de industria, para industrializar la producción agrícola-ganadera, dándole valor agregado a nuestra materia prima.
ADN.- ¿Desde la ARP, cuáles son las acciones que están encarando con el gobierno?
- MANUEL RIERA.- Desde la ARP fortalecimos la alianza público-privada en materia de salud animal, con resultado exitoso y modelo para otros países, mediante la creación de la Fundación de Servicio de Salud Animal (Fundassa). Sin certificado de inocuidad del hato ganadero no conservaríamos los mercados internacionales conquistados para la carne ni podríamos aspirar a otros, como lo estamos haciendo.
Apostamos a una nueva visión del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que abandone el asistencialismo e invierta en transferencia de conocimiento a los sectores productivos de menores capacidades. Es necesario innovar. La tierra es un bien finito y debe ser cuidado, de ahí que se haya impuesto la agricultura y ganadería de precisión, donde la protección al medioambiente es un deber ineludible: siembra directa, varias cosechas de diferentes rubros, menor tiempo del ganado en el campo, eficiencia y rentabilidad de las áreas cultivadas o de las tierras pastoreadas.
ADN.- ¿Cómo se pueden calificar los mercados internacionales de la carne, antes y después de la asunción de este nuevo gobierno.
- MANUEL RIERA.- Definitivamente, es el mercado quien desarrolla la producción, pues, sin mercado ¿para qué producir? Sin embargo, el sector productivo tiene que responder a la demanda, leyendo las señales que el mercado envía, para invertir oportuna y adecuadamente, a fin de producir lo que el mercado requiere.
Aquí se aplica el dilema, ¿qué fue primero: el huevo o la gallina? No creo que alguien tenga la respuesta porque la pregunta encierra un círculo vicioso, pero, lo que es cierto es que la demanda aumenta la oferta, y lo que cambió la vida del campo en Paraguay fue el crecimiento económico de los países emergentes que demandaron carne, haciendo que el precio estimulara la inversión. Y lo importante es que el ganadero paraguayo asumió el desafío de crecer para afuera e invirtió tiempo y dinero en genética y gestión, para situarse entre los productores de punta, modernos, eficientes y creativos, aplicando al campo las más modernas técnicas de producción.
Respondiendo a la pregunta, el Paraguay después de la conquista de los mercados internacionales de la carne se convirtió en un gran jugador económico: ingresa casi U$D 1.500.000.000 de divisas, ocupa más del 10% de la Población Económicamente Activa, genera el 12% o más del PIB nacional, con más de 95.000 pequeños productores, de los cuales más de 35.000 tienen menos de 5 cabezas de ganado, produciendo alimento para más de 50 millones de personas en el mundo.
ADN.- ¿Cuáles son los proyectos y beneficios que recibe la ganadería?
- MANUEL RIERA.- La ganadería moderna avanza hacia lo que se llama “ganadería de precisión”, conjugando ganadería y agricultura, haciendo eficiente las áreas utilizadas, produciendo más en la menor cantidad de tiempo: genética y alimentación de calidad. Todo esto significa, menor impacto ambiental, mayor ocupación laboral y transferencia de tecnología y conocimiento a los productores pequeños, crecimiento económico, y calidad de vida para nuestra gente. La pobreza del campo sólo se ve en aquellos sectores que no desean trabajar, que apuestan a un Estado de Bienestar.
El futuro está en la creación del Instituto Paraguayo de la Carne, un proyecto impulsado por la ARP y la CPC, que permita promocionar el producto, certificando calidad, tipo y cortes, bajo una nomenclatura internacional que simplifique la comercialización y que sirva de interlocutor válido a los mercados más exigentes. Esto permitirá consolidar como marca registrada la “carne paraguaya” y posicionar nuestra carne cada vez más por calidad y no por precio.
ADN ¿Con qué tipos de inconvenientes tropiezan y cuáles serían las soluciones?
- MANUEL RIERA.- Los problemas más graves que tenemos tienen que ver con el concepto general de “seguridad”, física y jurídica. Aún el Estado no logró garantizar que en este país haya seguridad jurídica, que los contratos se cumplan y que los jueces hagan Justicia; ni seguridad física, para las personas y sus bienes, mientras siga estando en riesgo la propiedad privada, los títulos y los registros no sean confiables y las invasiones no sean reprimidas mediante el simple y universal sistema de aplicar la ley y no el dichoso “Protocolo”.
ADN.- ¿Cómo está posicionada la carne paraguaya?
- MANUEL RIERA.- La carne paraguaya hoy es marca registrada en algunos mercados (Chile, es un ejemplo), pero necesitamos hacer más. Quienes participamos de la cadena de valor de la carne tenemos que comprender que o estiramos todos juntos o no avanzaremos más de donde llegamos, que no es suficiente.
El potencial de participación de nuestra carne en el mercado internacional es enorme, pero debemos empezar a apostar –como dije más arriba– a vender calidad certificada y no cantidad, para lo cual necesitamos la creación del Instituto Paraguayo de la Carne.
ADN.- ¿Qué pasó del tema del contrabando de la carne?
- MANUEL RIERA.- El incidente de Frigorífico Concepción causó mucho daño, al poner en entredicho los sistemas de control del país, aunque –finalmente– logramos salvar el incidente pasando todas las auditorías que vinieron a realizar en nuestro país. Es algo que no debería volver a ocurrir y, si ocurriere, nuestra reacción tiene que ser más clara y la administración del tema más inteligente, demostrando al país y al mundo que las Instituciones funcionan.
Entendemos que los procesos abiertos por contrabando y otros prosiguen su curso, pero en manos de las instituciones a quienes corresponde investigar lo ocurrido.
Los historiadores y los jueces se ocupan del pasado, los empresarios y nosotros del presente y del futuro. Así, pues, para nosotros, es una lección aprendida, de la que sacamos enseñanzas valiosas, por aquello de que se construye sobre los errores.
Para la ARP “El porvenir de la patria está en el campo”.
