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Este jueves, un día después de que el presidente Mauricio Macri anunciara un acuerdo con el FMI que garantiza un adelanto de los fondos que vaya necesitando hasta diciembre de 2019, el peso argentino volvió a desplomarse un 16%. Para comprar un dólar, al inicio de la sesión hacían falta 33,9 pesos. Menos de cinco horas después, ya eran necesarios 41,10 pesos. El Banco Central subió la tasa de interés al 60 % para tratar de frenar la crisis cambiaria.
BUENOS AIRES.- Los mercados no reaccionaron positivamente al anuncio del presidente Mauricio Macri, de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para adelantar el desembolso de créditos por 50.000 millones de dólares concedido hace unos meses.
Ante “nuevas expresiones de falta de confianza en los mercados”, el mandatario remarcó en un mensaje institucional que la decisión de pedir un adelanto de los montos del préstamo -concedido para tres años- busca “garantizar el financiamiento para 2019” y eliminar “incertidumbre” ante el “empeoramiento del contexto internacional”.
El único tramo del préstamo del FMI desembolsado hasta el momento, 15.000 millones de dólares, llegó en junio. Los 35.000 millones de dólares restantes estarían disponibles a lo largo de la duración del acuerdo, supeditados a exámenes trimestrales del organismo.
En lo que va de 2018, el peso ha perdido más del 68 % de su valor frente al dólar, especialmente desde mayo pasado, cuando la subida de las tasas de interés en Estados Unidos afectó fuertemente a mercados emergentes como el argentino, y desde mediados de agosto, cuando se comenzaron a sentir los coletazos del derrumbe de la lira turca por las políticas arancelarias estadounidenses.
El Banco Central decidió implementar varias medidas a fin de neutralizar la escalada de la moneda norteamericana frente a la nacional: sumó 15 puntos a la tasa de referencia, hasta el 60%. Es el tipo de interés oficial al que se presta el dinero a los bancos: una subida, en principio, hace que los inversores tengan más interés en invertir en instrumentos vinculados al peso argentino (la rentabilidad que recibirán es más alta) y por el contrario, encarece los intereses de quien toma dinero prestado o invierte en dólares.
El objetivo es que la divisa deje de depreciarse y, a su vez, evitar que se desboque la inflación: una tasa de interés más alta también tiende a enfriar la actividad económica y los precios. Hace solo 15 días, el banco central argentino ya la había elevado la tasa hasta el 45%. La medida pone en evidencia la fragilidad del modelo.
LA CRISIS TAMBIÉN IMPACTÓ EN BRASIL
La crisis financiera de Argentina impacta fuerte en el sector cambiario de Brasil. El precio del dólar trepó a 4,168 reales; un récord desde el Plan Real, en 1994. La secuencia del alza se acentuó a partir de la decisión del gobierno argentino de elevar a 60% la tasa de interés. El Banco Central brasileño realizó una intervención mediante una subasta de swap por valor de 1.500 millones de dólares y así contener la depreciación de su moneda.
Según analistas del mercado financiero, que tiene su mayor plaza en San Pablo, el escenario ya conturbado por las cuestiones políticas domésticas, se vio profundamente alterado por el torbellino de las monedas emergentes.
Entre esas divisas, el real brasileño, que se ha devaluado fuertemente en las últimas semanas, está en el quinto puesto detrás de las peores: la lira turca que devaluó 4,78%; el peso argentino acumuló este jueves una caída de 3,15%; el rand sudafricano (devaluación de 2,05) y el peso chileno que se deslizó para abajo en 1,19%.
De acuerdo con los agentes de Bolsa de Brasil, es la situación argentina la que presionó a los otros países, “impactando de una manera especial en la fragilizada lira turca y en el real brasileño”.
