ADN Digital
El proyecto de Ley que pretende regular el funcionamiento de las empresas encuestadoras, presentado por el Frente Guasu, cae como anillo al dedo para poner freno al descontrolado negocio en el que han caído los sondeos de opinión de los últimos años, cuando, lejos de reflejar la opinión de una muestra de la ciudadanía sobre un tema determinado en un tiempo determinado, lo que hacen es publicar números que benefician a quienes pagaron por el trabajo, alterando los resultados sin ningún tipo de prurito.
Uno de los más afectados por esta regulación va a ser el dueño del diario ABC, Aldo Zuccolillo, y su fiel escudero Francisco Capli, de la empresa First, quien durante mucho tiempo ostentó el inmerecido título de ser el más creíble encuestador, más que nada –por lo menos en esa época- jamás fallaba con sus boca de urna, que solían coincidir con los resultados finales de las elecciones, sean internas o nacionales.
Por supuesto que tanto ABC como otros medios “independientes” y algunos encuestadores como el mismo Capli, pretenderán denunciar que con esta regulación lo que se busca es amordazar a las encuestadoras e impedir su trabajo estableciendo reglas de imposible cumplimiento. Nada más lejos de la realidad. El proyecto del FG lo único que establece es la obligatoriedad de que estas empresas y sus encuestas estén inscriptas adecuadamente en la Justicia Electoral, la que deberá llevar un control de los resultados sucesivos que las mismas publican, a fin de chequear el grado de veracidad y efectividad que tienen.
Además, se establecen penas, incluso carcelarias, si se comprueba que se alteran los datos obtenidos para adecuarlos a intereses de quienes encargan el trabajo. Aquí es donde Acero y Capli son directamente afectados, porque ambos, en esa extraña pero conveniente relación que mantienen desde hace años, se han vuelto expertos en adecuar los sondeos de opinión a sus intereses particulares.
Prueba de ello es lo que ha empezado a ocurrir hace 2 años, cuando Capli y algunos otros encuestadores daban como ganador de la Presidencia de la ANR a Mario Abdo Benítez, cuando la realidad fue muy diferente, ya que el que se quedó con la victoria fue el oficialista Pedro Alliana.
La situación se repite hoy. Resulta que el gran enemigo de Zuccolillo –y por ende, de su diario- es el presidente de la República, Horacio Cartes. Así que la orden de Acero ahora es convencer a la opinión pública de que en las internas coloradas el claro ganador es –otra vez- Abdo Benítez sobre Santiago Peña.
Está bien. Supongamos que esta vez, es Marito el que tiene mayor caudal electoral. Nadie prohibirá que esto salga publicado en cuanto medio quiera hacerlo. Pero antes, Capli y otros encuestadores tendrán que registrar el resultado de sus trabajos y justificarlos con claros datos técnicos. Recién después podrán hacerlos públicos. Así que si alguno pretende alterar algún resultado para adecuarlo a la cara del patrón, se verá en serios problemas y, hasta podría parar en la cárcel.
De conseguirse que la ley pudiera ser sancionada por el Congreso, se daría un importante paso hacia la formalización de un instrumento que es utilizado en otros países como herramienta adecuada para conocer las preferencias de la población en un momento determinado.