ADN Digital
Artículos relacionados
Mientras todavía lloraba a sus muertos, la ciudadanía concretó el máximo triunfo de la historia contemporánea del país. La noche del domingo 28 de marzo, acosado por todas partes y sin el apoyo de las fuerzas públicas, Raúl Cubas renunció a la Presidencia de la República y se marchó al exilio. Pero antes tuvo mucho cuidado de hacer huir a su líder, Lino Oviedo, quien se mantuvo prófugo por varios meses.
ASUNCIÓN.- Habían pasado 6 días del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y apenas 2 de la masacre que había costado la vida a 7 jóvenes en la plaza frente al Congreso. Nada parecía indicar que la crisis estaba llegando a su fin, por eso, durante todo ese domingo se sintió la tensión que parecía presagiar otra tragedia.
A la mañana se realizó una misa concelebrada en la explanada de la Catedral, que se vio sobrepasada por la cantidad de ciudadanos que ratificaban su compromiso de no dejar la plaza antes de que el peligro que se cernía sobre la República hubiera desaparecido.
A la tarde se pone al aire la conversación entre un senador y un oviedista, en donde el primero habla de eliminar a los sierra, supuestamente, los senadores que exigían la renuncia de Cubas. Eso contribuyó a que la tensión subiera de decibeles. El temor cada vez más intensa era que se produjera otra masacre, igual o peor que la de 2 días atrás.
Nadie imaginaba que Cubas se estaba quedando solo. A media tarde, se conoce un comunicado de las Fuerzas Armadas, que se ponían a disposición del presidente del Congreso, dejando a las claras que había llegado el fin de la era oviedista en el poder.
A las 7 de la tarde, Cubas presentó su renuncia, concretándose la victoria más grande de la ciudadanía paraguaya en la época contemporánea. Por supuesto, y como era de esperar, antes se aseguró de que su líder Oviedo haya podido escapar del país, permaneciendo prófugo durante varios meses. Pero nada de eso importaba en ese momento. La gente había vencido a los retardatarios, y eso era algo digno de ser festejado con mucha algarabía. La sangre que corrió en esos días había valido la pena
A las 19-40 hs renuncia el Pte. Raúl Cubas y 20 minutos después asume el Presidente del senado Luis González Macchi la Presidencia de la República. Abrazos y lágrimas. Todo parecía y sueño; la pesadilla había acabado. “El pueblo había vencido”
