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BRASILIA. Comienzan los saqueos en Brasil y las armas ya están en las calles. La violencia crece entre los vecinos debido a la impotencia que están sufriendo por las inundaciones, deslizamientos de tierras y derrumbes. Unos pobladores atrapados noches enteras en puentes han visto como el agua crecía y su fuerza se hacía imparable, llegando a tragarse incluso sus propias casas.
Hasta el domingo, las autoridades informaron que al menos 53 personas han fallecido y 19 están desaparecidas a raíz de las tormentas que golpean el sudeste brasileño.
Las víctimas se concentran en el estado de Minas Gerais, el más castigado por las lluvias donde 44 fallecieron, y Espírito Santo, con nueve óbitos.
El gobernador de Minas Gerais, Gustavo Zema, vinculó el saldo del desastre con la extensión de viviendas precarias en el estado. Dijo que el estado requiere de un “reordenamiento urbano” para evitar nuevas tragedias en el futuro.
En varios puntos del sudeste de Brasil, las insistentes lluvias de las últimas horas causaron inundaciones, deslizamientos de tierra y derrumbes.
