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MÓNACO.- La lluvia del inicio de carrera y una avería parcial en el motor de Nico Rosberg marcaron la carrera para los intereses de Lewis Hamilton. La prueba se inició tras el coche de seguridad en un asfalto encharcado. Tras siete vueltas de procesión, Rosberg empezó a hacer un tapón a su compañero, mientras el dueño de la pole, Daniel Ricciardo, se marchaba sin oposición.
Cuando se formó el carril de seco, la mayoría optó por pasar a los intermedios de mojado, casi todos menos Hamilton, que decidió seguir hasta que llegara la oportunidad de las gomas lisas de seco. Rosberg le dejó pasar por orden del equipo algo antes y eso le sirvió al inglés para compensar la ventaja inicial (de más de 20 segundos) del australiano.
Jugaron mal las cartas en Red Bull, con un segundo pit stop infame. No tenían las ruedas preparadas y eso le costó 10 segundos de clavo a su piloto. Hamilton jugó muy bien sus bazas en la partida monegasca, y eso que Ricciardo a punto estuvo de pasarle en pista. Lo intentó de todas las maneras posibles sin premio.
