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El descontento es generalizado, agravado por las escasas y contradictorias informaciones que se divulgan al respecto. Hacienda insiste con un elevado porcentaje (85%) de consenso con los empresarios. Feprinco y UIP, los gremios más poderosos, cuestionan los últimos anuncios oficiales que mencionan aumentos impositivos y recuerdan frases del presidente Mario Abdo Benítez y refrendadas por el ministro Benigno López; en el sentido de que no habrá incremento y tampoco nuevos impuestos. En la mesa tributaria existen posturas pro aumentos y aquellos que plantean aumentar la base tributaria y dura batalla a la evasión.
ASUNCIÓN.- Los sectores privados unieron sus fuerzas para advertir que no van a pagar un céntimo más al fisco, mientras no existan señales reales del gobierno de llevar a adelante un proyecto que controle verdaderamente el gasto.
Hacienda reveló en un informe de situación financiera que en un año creció 4,6% el gasto rígido (salarios y beneficios), y termina dando la razón al reclamo de los empresarios.
Sin embargo, desde estos mismos escritorios los altos funcionarios del fisco insisten que reina la calma e insisten que “existe 85% de consenso de todos los sectores de la mesa técnica que elabora la reforma tributaria”, según Fabián Domínguez, viceministro de Tributación.
No tarda en reconocer la existencia de diferencias en los debates, “en torno a la tasa del Impuesto Selectivo al Consumo”, figura que se convirtió en las últimas horas en caballito de batalla de los gremios empresariales.
“No aumento de las tasas en los impuestos al consumo y a la renta”, fue el mensaje taxativo de Feprinco, al que luego se sumó la Unión Industrial Paraguaya (UIP), en similares términos.
Pero no cesa en esta exigencia, asumen los privados que el objetivo primordial es “hacer efectiva la calidad del gasto; la inversión pública y cumplir la Ley de Responsabilidad Fiscal”. El interés es cerrar los caminos de lo que llaman “despilfarro” del dinero público en salarios y gratificaciones sin explicación científica, “reduciendo la incidencia de los gastos rígidos en el Presupuesto General de la Nación”, apuntó el gremio.
Ante esta avalancha de cuestionamientos y propuestas ineludibles, el viceministro de Tributación reconoció: “Yo, como recaudador de impuestos, soy el primer indignado cuando veo el mal gasto público. Los técnicos que estamos en la lucha recaudadora somos los primeros indignados”, dijo Domínguez.
Calificó de “disensos respetuosos” a la reacción de los gremios privados, sobre todo en el ítem del ISC; sin embargo, insistió en el mismo sentido del discurso de su jefe, Benigno López, “existe un gran nivel de aceptación y consenso en torno al impuesto a la renta de empresas y el Impuesto al Valor Agregado (IVA)”.
Reconoce que las críticas al aumento al ISC van relacionadas a productos considerados “sensibles al contrabando”, como es el caso de las gaseosas y cervezas.
Calificó de válidas las observaciones del sector empresarial, pero apuntó que “se tiene que encontrar un término justo”, y agregó, “estamos intentando consensuar unas cifras razonables, siempre mirando la capacidad contributiva de los sectores”, concluyó el funcionario.
