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El “hombre cohete” y Donald Trump

El presidente de los Estados Unidos debutó ayer ante la 72 Asamblea General de la ONU y en su discurso dijo básicamente todo lo que se esperaba de él. Lanzó amenazas directas contra los que llamó “estados paria”, en especial contra Corea del Norte, a la que advirtió que podría ser totalmente destruida.

Minutos antes que él ocupó el podio, el secretario general del organismo mundial, Antonio Guterres, quien definió los marcos en los que habría que manejar el conflicto, alertando que “millones de personas en todo el mundo viven actualmente ante el temor de un conflicto nuclear”, agregando que  “el miedo no es abstracto”.

En lo que los medios denominaron luego como una “alerta sombría”, Guterres dijo que “no podemos caminar como sonámbulos hacia una guerra”, añadiendo que  “la retórica agresiva puede conducir a malentendidos fatales”.

Concluyó su “speech” arengando a todos a diseñar para el conflicto una “solución política”.

A renglón seguido nomás el líder norteamericano ya hizo todo lo contrario.

Trump delineó su visión del estado actual del mundo y los desafíos prioritarios, y al minuto lanzo una amenaza ominosa al recordar que la capacidad militar estadounidense alcanzará en muy breve el nivel máximo de su poderío.

Luego se dedicó a advertir a Corea del Norte, sin que le temblara la voz en lo más mínimo, sostuvo que  “si la actual escalada de tensiones -provocada por las pruebas nucleares y misilísticas de Pyongyang- desemboca en un conflicto abierto, el desafiante país asiático será destruido”.

Como para no quedar como “el malo de la película” suavizó más adelante el tono y sostuvo que “Estados Unidos tiene gran poder y paciencia, pero si es forzado a defenderse y defender a aliados, no tendremos otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte”

Concluyó burlándose del tirano de ese país: “El ’Hombre Cohete’ está en una misión suicida para sí mismo y para su régimen”, concluyó.

En realidad, ¡Qué terrible dilema! Por supuesto que la decisión deseable es la alternativa que plantea Guterrez, una “salida política” al conflicto, pero el líder norcoreano se las busca, desoye todas las advertencias y juega con fuego permanentemente, de paso se arma cada vez más, con lo que en poco tiempo más, nadie estará a salvo en ningún lugar del planeta.

Su nivel armamentístico hace presumir además que si en realidad se desata una conflagración nuclear, esta será de grandes proporciones con los consabidos daños al planeta global.

Mal que nos pese Guterrez está en lo cierto. Se debe negociar al todo o nada. El premio puede ser demasiado grande. Dejarlo en paz al mundo. En realidad que haya un futuro para nuestros hijos. Y el foro adecuado, es ese mismo. La ONU donde están sentados tirios y troyanos. Que se encierren como en los cónclaves papales y que no pueda salir nadie hasta que haya “humo blanco en las chimeneas”.

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