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El tema más importante que deberá considerar la mesa directiva del Senado en su reunión de esta mañana es el del juicio político al contralor Enrique García y al ministro de la Corte César Garay. De ambos casos, es el primero el que suscita mayor interés tanto en la ciudadanía como en los medios de comunicación. El único impedimento que habría, sería el de la oposición que sigue resistiéndose a la idea de que un colorado asumiera el cargo.
ASUNCIÓN.- En realidad, se había pensado que en la primera sesión de este año legislativo, el Senado iba a tratar el juicio político al contralor general de la República, acusado por Diputados desde hace más de un año por varios delitos, a los que se agregó otros en la sesión de la cámara. Y esto debido a la presión de los medios y la ciudadanía, bastante más floja en el caso del ministro Garay.
Pero no fue así y se decidió que en la reunión de hoy, la mesa directiva establezca el calendario a seguir en ambos juicios. No sabemos si el primero será el del ministro de la CSJ por ser el más antiguo –lleva encajonado más de 4 años- o el del contralor, por la atención mediática que tiene.
De todos modos, ambos pueden definirse rápidamente, ya que no son más de 4 sesiones consecutivas, una para escuchar la acusación de los fiscales designados por Diputados, otra para escuchar a la defensa, la siguiente para el análisis de todas las pruebas y la última (estas dos suelen ser en el mismo día) para dictar sentencia. Así que, como máximo, en dos semanas pueden estar finiquitados ambos juicios políticos y así cerrar un ciclo que generó demasiadas versiones en contra, más que nada por el hecho de que se acusa a varios senadores de utilizar la figura como chantaje hacia quienes están con la espada de Damocles encima.
El único problema que puede surgir es el de sectores de la oposición que están dispuestos a seguir manteniendo a García al frente de la Contraloría General de la República, porque es un opositor y su reemplazante, en el caso de ser destituido, sería el subcontralor Camilo Benítez, de extracción colorada.
Lo que ellos pretenden es que, para garantizar la destitución de García, Benítez presente renuncia a su cargo, aunque no tiene ninguna denuncia y su desempeño en la subcontraloría fue impecable y reconocido por todos. El argumento es que no es conveniente que el contralor y el jefe del Ejecutivo sean del mismo partido político, algo que no resiste ningún análisis serio, porque hasta ahora, los opositores que estuvieron al frente de la CGR no estuvieron a la altura del cargo.
