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La idea de aumentar entre el 30 y el 40% el impuesto al tabaco, impulsada por el Frente Guasu y apoyada por otros sectores de la oposición, aunque lo que busca es perjudicar al presidente Horacio Cartes, quienes se verán más afectados serán los trabajadores de las tabacaleras, que deberán cerrar sus puertas.
ASUNCIÓN.- No hay ninguna lógica en el intento de aumentar de manera tan grosera el impuesto que las tabacaleras pagan al fisco. Si lo que pretenden –según dicen- es hacer que la gente fume menos, eso no se logra cerrando fábricas ni encareciendo el precio del producto nacional, mucho menos cuando que las marcas del exterior seguirán manteniendo su precio, con lo que se dará un privilegio absurdo y desagradable hacia éstas.
Además, aumentar el impuesto para un sector que se encuentra en los primeros lugares entre los grandes contribuyentes del Estado pareciera un intento de perjudicar al fisco en lugar de beneficiarlo, puesto que con estos aumentos, las tabacaleras, muy probablemente, tendrán que cerrar sus fábricas ante la imposibilidad de competir con las marcas que llegan del exterior.
Pero no solamente el Estado perderá a uno de sus mayores contribuyentes, sino que aproximadamente 4 mil paraguayos quedarán sin trabajo de manera directa y es incalculable la cantidad que quedará sin su medio de sustento de manera indirecta.
Así que ningún argumento presentado hasta ahora por estos sectores tiene el menor atisbo de racionalidad, puesto que solamente aumentará el desempleo y la ilegalidad, como ya lo dijo el presidente de la Unión de Tabacaleras del Paraguay, José Ortiz, quien reclama a los proyectistas que no hayan hecho ningún estudio serio y profundo del impacto socioeconómico negativo que tendrá el impuestazo.
Lo que más despierta indignación es que se sabe que la verdadera intención de los proyectistas no tiene que ver ni con la salud de la población, ni con tendencias mundiales, ni con la posibilidad de que el Estado reciba más dinero, sino, sencillamente, se pretende perjudicar al presidente Cartes atacando uno de los negocios de su grupo empresarial. Alguna vez habrá que empezar a legislar en serio, pensando en la población y no en las vendettas y ambiciones personales.
