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Tras el brote de brucelosis y la aparición de la enfermedad en estudiantes, profesores y funcionarios en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), los únicos imputados son la exdecana, Dra. Azucena Cabrera de Gómez, y el Dr. Carlos Espínola. Mientras que los demás responsables, que son los miembros del Consejo Directivo, que deberían velar por el cumplimiento del calendario académico, tanto de investigación como de extensión que se desarrollan en las aulas y en la granja didáctica donde apareció el brote de la enfermedad, están impune. Además, permiten la repartija de recursos entre los docentes y funcionarios de la institución.
SAN LORENO, Dpto. Central.- Profesionales del Derecho consultados sobre la repartija de dinero y el brote de brucelosis en la Facultad de Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), no solo la exdecana, Azucena Cabrera, y el Dr. Carlos Espínola deberían ser procesados, sino también la actual decana de la institución, la Dra. Elizabeth Núñez y todos los miembros del Consejo Directivo, teniendo en cuenta que siendo responsables de la parte académica e investigación, indefectiblemente deberían tener conocimiento de lo que sucede en la institución.
Entre los miembros del consejo directivos se encuentran, además de la actual decana, Dra. Elizabeth Núñez, el Dr. Alfredo Sandoval Riveros, Dr. Pablo H. Caballero, Dr. Marcial Cohene, Dr. Óscar Ortega, Dr. José Peralta, Dra. Viviana Ríos, Dr. Carlos Chiriffe, Dr. Abraham Marecos, Dr. Eustacio López Otazú (renunciante) y el Dr. Miguel Halaburda.
Igualmente, están los doctores Nelson Serafini, Alexander Swacko, Celso Rolón y Carlos Espínola. Asimismo, los responsables académicos de la facultad también tuvieron mucho que ver en el brote de la brucelosis, ya que el contagio se dio durante el año lectivo, tanto en el hospital Escuela, como en la granja Experimental.
Asimismo, los doctores Celina Álvarez, Sheyla Delgado y Eduardo Vera Pinto, aún siguen en sus cargos, percibiendo sus altos salarios, mientras que la Fiscalía, debería imputarlos, por la responsabilidad de cada uno de ellos, en el suceso mencionado, y que le valiera a la casa de estudios la pérdida de su Acreditación Internacional.
REPARTIJA DE RECURSOS
A la exdecana de la Facultad de Veterinaria, Dra. Azucena Cabrera además de la imputación que tiene, el Ministerio Público debería investigarla e imputarla, por lesión de confianza, por las graves irregularidades denunciadas dentro su administración. Contando con la complicidad del Consejo Directivo, destinó rubros, aumentos y nombramientos sin concurso de méritos y sin tener absolutamente en cuenta los méritos académicos, escalafonamiento docente, experiencia en el cargo, misión y visión de la Universidad, que deberían de primar en la casa de estudios superiores.
Para permanecer en el cargo y saquear supuetamente los recursos de la Facultad, la Dra. Cabrera habría premiado con aumentos a los miembros del consejo directivo, Dr. Marcial Cohene, (funcionario de Senacsa y eterno planillero), Dr. Pablo H. Caballero (presunto planillero), Dra. Viviana Ríos (eterna comisionada en el Viceministerio de Ganadería, conocida además por supuestos “trabajos de asesoría” a senadores), Dr. Óscar Ortega (conocido por su presunta debilidad a las bebidas espirituosas, y cuya pareja Mónica Báez habría sido premiada con un aumento irregular). Así también figuran en la lista el Dr. Alfredo Sandoval (docente investigador de tiempo completo, sin investigación conocida, cuyos 2 hijos figuran en la planilla y con grandes aumentos también); Dr. Carlos Chirife (actual vicedecano, conocido por su “excelente retórica” y con sueldo de ministro).
Por último, el Dr. Abraham Marecos (con salarios de docente, sin escalafonamiento), fue el sostén político y asesor de la exdecana imputada. Con la bendición de Dra. Cabrera, Marecos colocó presuntamente en puestos claves y de responsabilidad, dentro del organigrama de la facultad, a sus compañeros de promoción y amigos obsecuentes, que sin tener en cuenta el escalafonamiento docente y experiencia alguna coparon los altos cargos. La principal función de Marecos y sus secuaces era aplaudir los desmanes de la ahora imputada exdecana, sembrar el miedo y temor en la facultad.
