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La voluntad del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de conmemorar el próximo 31 de marzo los 55 años el golpe de Estado que realizaron los militares en 1964 para iniciar una dictadura de 21 años, abrió una gran polémica en Brasil y motivó que la Fiscalía entre con una acción en la Justicia para invalidar cualquier celebración. Además, grupos sociales organizan protestas y califican al mandatario de “fascista”.
RÍO DE JANEIRO.- La polémica comenzó el martes cuando el portavoz de la Presidencia, Otávio Rego Barros, anunció que Bolsonaro determinó que el Ministerio de Defensa haga las conmemoraciones debidas por los 55 años del golpe de Estado que dio inicio a la dictadura militar.
Preguntado sobre qué significa “conmemoraciones debidas”, el portavoz aseguró que “aquello que los comandantes consideren dentro de sus respectivas guarniciones y dentro del contexto en que deben ser hechas”, aunque especificó que no hay ningún acto previsto en el Palacio Presidencial de Planalto.
Las reacciones no se hicieron esperar. La Defensoría Pública pidió ayer que la Justicia Federal prohíba que el gobierno federal realice cualquier evocación sobre el golpe militar y que impida cualquier gasto público para esta finalidad.
Pidió también “urgencia” para analizar el tema y dijo que Brasil vivió un período de “horrores” con la dictadura militar, recordando los muertos y desaparecidos que provocó.
Por su parte, el Ministerio Público divulgó una nota en la que aseguró que la celebración de cualquier acto sobre el golpe merece “repudio social y político” y puede configurar una improbabilidad administrativa.
“Festejar la dictadura es festejar un régimen inconstitucional y responsable por graves crímenes de violación de derechos humanos. Esta iniciativa suena como apología a la práctica de atrocidades masivas y por lo tanto, merece repudio social y político, sin prejuicio de las repercusiones jurídicas”, aseguró en su comunicado el Ministerio Público Federal.
“Utilizar la estructura pública para defender y celebrar crímenes constitucionales e internacionales atenta contra los más básicos principios de la administración pública, lo que puede caracterizar acto de improbabilidad administrativa”, agrega la nota.
Este miércoles, estudiantes de la Universidade Presbiteriana Mackenzie en Sao Paulo, realizaron una protesta contra el presidente que en un principio tenía previsto realizar una visita al lugar, pero debido a las manifestaciones decidió cancelar su recorrido y optó por ir al Comando Militar do Sudeste.
Los universitarios calificaron al jefe de Estado como “fascista” y gritaron al unísono “dictadura nunca más”.
Desde su período como diputado federal, Jair Bolsonaro siempre defendió que Brasil no vivió una dictadura militar entre 1964 y 1985 y sí un “régimen con autoridad”.
El 31 de marzo de 1964, un golpe militar depuso al entonces presidente Joao Goulart para establecer una dictadura que se extendió durante 21 años. Durante este período, no hubo elecciones directas para elegir al gobernante del país y el Congreso Nacional llegó a ser cerrado, con los mandatos eliminados y con censura a la prensa.
