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Cerca de 1.000 familias pertenecientes a la “Coordinadora por la Vivienda Digna” habían invadido el pasado 26 de marzo el Cuartel de la Victoria y tras las negociaciones con representantes del gobierno, abandonaron el lugar este 3 de abril. Tras estos hechos, algunos de los ocupantes de aquel entonces, individualizaron a María de Noria Inés Gómez, más conocida como “Maraví”, Rodrigo Rojas y Guido Cabral, como instigadores de la toma del predio militar.
ASUNCIÓN.- A días de que el sitio haya sido nuevamente desocupado por los invasores, varias familias que formaron parte del ilícito, señalan a “Maraví” como la principal instigadora de la ocupación al cuartel. En aquella oportunidad, los ocupantes exigían la expropiación de la mitad de las 76 hectáreas con que cuenta dicha propiedad. Sin embargo, tras dejar las instalaciones del cuartel, varias personas “arrepentidas” afirman que fueron engañadas por esta persona.
De acuerdo al relato de las “arrepentidas”, supuestamente Gómez realizaba reuniones semanales en su domicilio ubicado en la ciudad del Ñemby, donde les “lavaba el cerebro” a los concurrentes, de tal manera a llevar adelante la toma del predio. Los denunciantes pidieron mantener en reserva sus respectivas identidades, ya que temen que Maraví tome represalias contra las mismas, debido a que se trata de una persona que a menudo utiliza la violencia, como parte de su “poder de convencimiento”, según refieren los denunciantes.
Según las afirmaciones de estas personas, la mujer comenzó a reclutar personas que “se animen” a realizar invasiones a terrenos “sin propietarios”, elemento que utilizaba para convencer de alguna manera a las familias que estaban carentes de viviendas.
De igual manera, fueron señalados como instigadores de la invasión, Rodrigo Rojas y Guido Cabral, quienes serían supuestos dirigentes de la referida coordinadora. Estos “dirigentes”, junto a Maraví, constantemente les instigaban a realizar la ocupación del terreno militar, ya que estaba en desuso, mientras que había muchas familias necesitadas, testificaron.
En cada reunión, tanto Gómez, Rojas y Cabral, pedían a los “beneficiarios”, la suma de G.10.000, con el objetivo de contar con algún fondo para “gastos varios”. De igual manera, se les obligaba a “colaborar” con las rifas y polladas que cada tanto se hacían, siempre con el objetivo de “tener recursos” para “resistir” la invasión.
Maraví fue funcionaria de la Municipalidad de Ñemby hasta el año 2016 y es la que está señalada como la principal instigadora de la invasión al predio militar. Sin embargo, las personas reclutadas tenían vedados dar a conocer la identidad de los dirigentes de la coordinadora, quienes en todo tiempo pedían sumas de dinero para solventar la invasión. Los testigos relatan que las personas que no aportaban los G.10.000 exigidos por los tres señalados “dirigentes”, estaban obligadas a aportar la totalidad de los aportados por otros “beneficiarios”, si es que tenían la intención de ocupar la propiedad.
Sin embargo, al momento de realizar la invasión, las personas, quienes afirman que fueron llevadas al sitio bajo engaño, refieren que no obtuvieron respuestas por parte de los tres cabecillas de la invasión, que incluso pasaron hambre en el lugar, por lo que resolvieron denunciar, tanto a Maraví como a Rojas y Cabral. Sostienen que en todo momento los tres señalados se presentaban como principales dirigentes de la Coordinadora de viviendas dignas, que después desaparecieron, según los denunciantes. Señalaron igualmente que Maraví, Rojas y Cabral, reclutaban a personas de escasos recursos económicos de diferentes comunidades como San Lorenzo, Capiatá, Loma Pytã, San Antonio y Ñemby.
