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LONDRES.- A pesar de meses de intentos de resolver el misterio de la identidad del cadáver hallado el pasado mes de febrero en el condado británico de Kent, los investigadores han fracasado a la hora de identificarlo y han decidido, finalmente, cerrar el caso, informan medios locales.
El cadáver fue hallado por casualidad por un residente local en un campo cerca de la ciudad inglesa de Canterbury. Se trataba de un hombre de unos 50 años de piel blanca y probablemente de Europa del Este, que no llevaba puesta ropa que le cubriera el torso y yacía con los brazos cruzados en el pecho. La causa de la muerte fue una cardiopatía que pudo ser causada por una cirrosis hepática, que, a la vez, pudo derivar de una inanición. De modo que murió de causas naturales, de acuerdo con los investigadores.
El cuerpo no pudo ser identificado por vía dental porque no tenía dientes, y ni siquiera al enviar pruebas de su ADN a distintos países europeos se logró resolver el misterio. Asimismo, las autoridades británicas crearon una reconstrucción facial, aunque nadie dijo conocer al fallecido.
Aunque junto al cadáver fueron encontrados varios objetos relacionados con los distritos del este de Londres, los investigadores no lograron encontrar vínculos entre el fallecido y la capital británica. Entre lo hallado junto al cadáver había una maleta negra, un catálogo de boda y un manual de teología clínica. También fue encontrado un teléfono móvil, pero los investigadores no lograron “obtener ningún dato” de él.
El asistente del forense para el noreste del condado de Kent, Ian Gollop, ha asegurado que, a pesar del “muy exhaustivo trabajo” que los investigadores realizaron para identificar al cuerpo, han fracasado. “Por desgracia hemos tenido que cerrar el caso”, ha admitido. “Está claro que se trata de un hombre que no quería ser hallado y vivía al borde de la existencia”, ha rematado.
