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Enfermas con cáncer, personas de la tercera edad, discapacitados, y empleados que hace más de dos décadas trabajan en la Municipalidad de Ciudad del Este son parte de la lista de despedidos por la interventora, María Carolina Llanes. En medio de llantos y desesperación, los afectados reciben las notificaciones de que fueron dimitidos por supuestamente ser planilleros, cuando los mismos todos los días cumplen con sus funciones. Los mismos no tienen derecho a reclamar, y si lo intentan son amenazados con ser llevados presos por la Policía Nacional. La exjueza se encierra en su despacho y no escucha a nadie, y se pasa la mayor parte del día hablando en los medios radiales de Asunción, repitiendo que está saneando la administración municipal, sin dar detalles de lo que supuestamente está haciendo, además de tirar injustamente a la calle a ciudadanos trabajadores.
CIUDAD DEL ESTE.– La exmagistrada, María Carolina Llanes, al parecer está cumpliendo a cabalidad la misión que le dio el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, que es la venganza política a cualquier precio contra los Zacarías. La misma es la interventora de la institución comunal.
Desde la semana pasada se observan imágenes desgarradoras en la sede de la Intendencia Municipal de Ciudad del Este. Son humildes trabajadores que son tirados a la calle sin contemplación por disposición de la interventora. Claramente los despidos que se registran tienen un trasfondo político.
La “lista de Llanes” está integrada por mujeres con cáncer, como el caso de Liz Rosalba Vera, o Angélica Candía, quien tiene una deficiencia física; Andrés Sanabria, una persona de la tercera edad, dijo que desde 2004 es chofer de la División de Parques y Jardines; o Matilde Rodríguez, quien hace 24 años está en la comuna, y ahora le acusan de planillera. Estos son algunos casos de personas que injustamente fueron despedidas por disposición de la interventora. La Ley prohíbe que la misma dimita a los funcionarios, pero la norma legal es pisoteada.
Todos los despedidos en gran medida dependen de sus salarios que perciben como trabajadores del municipio, y ahora se quedan sin nada.
A todos ellos se les negó el derecho a la defensa. La exmagistrada se encierra en su despacho y se niega a hablar con los afectados y conocer la realidad de los mismos. En todos los casos hay documentos que muestran que estas personas son humildes trabajadores, pese a los problemas de salud que tienen, estaban cumpliendo con las funciones que se les designó. Algunos trabajadores que intentaron dialogar con Llanes fueron impedidos y al elevar su protesta fueron amenazados con ser llevados presos por efectivos de la Policía Nacional, quienes mantienen sitiado el edificio de la Intendencia Municipal de la capital del Alto Paraná.
Las personas mencionadas, con las lágrimas brotando de sus ojos, y la tremenda imponencia, tuvieron que retirarse y llevar a sus hogares la desagradable noticia de haberse quedado en la calle, sin ninguna explicación.
Los despidos son el resultado de una lamentable persecución política impiadosa, que comenzó a implementar la interventora enviada por el presidente Abdo Benítez.
Carolina Llanes no tuvo reparos para acusar a los trabajadores de planilleros, sin presentar ninguna prueba. Sin empachos mandó sacar a Rosalva, quien ya vivía el drama de que le diagnosticaron cáncer; y la misma actitud inhumana con Angélica, madre soltera y con discapacidad. Nada le importó, porque debía cumplir con su misión “política” que para ella es lo que vale. Los responsables de las dependencias de la comuna fueron coaccionados para presentar listas de supuestos planilleros a fin de echar gente a la calle.
