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El Consejo de Desarrollo Distrital de Vallemí -conformado por autoridades, todas oficialistas, y las fuerzas vivas de esta modesta ciudad instalada en el extremo noreste del primer departamento y que tuvo su origen formal con la Industria Nacional del Cemento (INC)- exige la intervención de la entidad estatal y la renuncia de su titular, Jorge Méndez.
Ya no es novedad que los mismos oficialistas como el intendente municipal de San Lázaro, Jorge Villalba, los concejales departamentales también colorados, Joaquina Azuaga y Wilson Barrios, el antiguo distribuidor y caudillo colorado de la zona, Antonio Garcete, respaldados por sindicalistas y otras autoridades radicadas en la ciudad de Vallemí, critiquen las gestiones de un presidente de la INC.
Vallemí tiene un origen formal a partir de la instalación de la INC, a fines de la década del ’60 del siglo pasado, a partir de sus primeras explotaciones con producciones irregulares ya sea por falta de combustible como el transporte de la producción final por la bajante del río Paraguay e incluso especulaciones sindicales.
Pasó casi medio siglo para que hoy la población se decida a protestar airada e impetuosamente ante la falta del cemento portland en nada menos que la “Capital del Cemento”, desde donde todo el país se provee de la principal materia prima para fortalecer sus construcciones.
Las acusaciones son graves y apuntan a grandes negociados como privilegiados. Todo el mes de noviembre no ha salido una bolsa del cemento portland de Vallemí, por un nuevo problema del molino de la planta industrial de la citada ciudad.
De acuerdo a los sindicalistas como autoridades locales, siempre la INC ha sufrido crisis por la falta de renovación total de sus arcaicos sistemas de producción del cemento portland. Pero pocas veces el inconveniente se ha extendido por tanto tiempo.
Por su parte, el titular de la entidad oficialmente afirmó que está a punto de quintuplicarse la producción del cemento en Vallemí, de 295.202 bolsas de cemento que se despachó en el 2.012, en lo que va del año ya se ha producido 1.490.012 bolsas, destacándose hasta el momento un aumento de 400 por ciento.
Además, aclaró que las críticas se deben a que terminaron los privilegiados e intermediarios, los interesados comercializan directamente con la entidad abaratándose de esa forma el costo del producto y agilizando la entrega.
Mientras los manifestantes respaldados por sus autoridades locales y probablemente más delante de las departamentales, quienes están a punto de declararle persona no grata al presidente de la INC, aseguran que se trata de un vicio repetido de casi todas las administraciones.
Las inversiones no se priorizan en el norte a pesar de que la INC existe gracias a las canteras ubicadas en esta parte del país, las modificaciones y modernizaciones se realizan en la planta fabril de Villeta, donde los distribuidores se estarían pegando el lujo de recibir el cemento a precios inferiores a los que se negocia en Vallemí.
Replica el titular de la INC que las últimas inversiones para abaratar el costo operativo de la entidad empezaron en Vallemí con nada menos que 45 millones de dólares americanos en la planta de la ciudad industrial, para el cambio de combustible y aumento de la capacidad, generando a su vez trabajo directo a unos 200 pobladores de la zona.
El aumento en las ventas y la reducción de algunos costos permitieron al ente estatal tener resultados positivos, en los últimos meses. De tener la peor calificación bancaria en 2011, la industria cementara tiene hoy la mejor calificación y destacó-Méndez-que ese indicador lo hacen los bancos y entidades financieras.
Añadió que “por primera vez en la historia, la INC tiene un dictamen limpio de auditoría externa”, así como la interna del Poder Ejecutivo que también respalda la gestión respecto a los balances contables y presupuestarios.
Además de todo el saneamiento financiero, la INC está avanzando en muchos proyectos concretos. Después de 20 años se han renovado las maquinarias de la industria que ya estaban prácticamente obsoletas.
Finalmente sostuvo que la cementera estatal cerró el ejercicio 2015 con un margen de ganancias de más de 9.000 millones de guaraníes y para este año prevé hacerlo con 10.000 millones de guaraníes a pesar de todas las renovaciones e inversiones.
Los ya ofuscados manifestantes afirman que las inversiones así como los balances positivos son meras teorías, de ninguna manera factible de demostrar en la práctica, considerando la situación crítica actual que poco o nada demuestran sobre los avances en la INC.
Los detractores de Méndez, quienes insisten en su “remoción inmediata”, también solicitan la intervención técnica de la INC por profesionales internacionales, así como la intervención financiera y económica por parte de la Contraloría General de la República y la Fiscalía de Delitos Económicos.
Al seguir las ponencias de los críticos de Méndez, éstos piden la eliminación de privilegios en el precio del cemento para los distribuidores y la entrega del producto por igual, así como la suspensión de las ventas de cemento en Vallemí hasta tanto se completen las miles de bolsas ya vendidas con pagos adelantados.
En la INC también se estaría especulando con los recursos de los distribuidores con la vieja práctica de la bicicleteada, calificada como una política de estafa a sabiendas de la incapacidad de entrega inmediata del producto.
Si realmente son ciertas las denuncias apuntadas por las autoridades vallemienses, sindicalistas y pobladores, el Gobierno debe intervenir y reordenar lo que constituye uno de los principales orgullos socio-económicos del norte del país o de lo contrario desenmascarar a los especuladores, viejos parásitos de la INC.
