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Comenzaron las primeras reacciones de Israel como respuesta de lo que denominan “Operación Jerusalén” contra los intereses del proceso de integración entre Paraguay y los hebreos. En el ámbito diplomático, ésta no es una buena señal “y podría existir otras reacciones, que solo la sabremos cuando ocurra”, dijo una fuente de cancillería. El primer precio que deberá asumir el presidente Mario Abdo Benítez es la cancelación de una visita ya agendada de una delegación económica.
ASUNCIÓN.- Existe una convicción en el gobierno y sociedad judía que la acción firmada por el presidente Mario Abdo Benítez de trasladar la embajada paraguaya de Jerusalén fue urdida por la autoridad palestina, según lo replica la prensa hebrea.
Apunta un medio de prensa de Tal Aviv, que la decisión de Abdo Benítez “es de origen libanés y fue elaborada mediante una alineación política entre Asunción, Nueva York, Brasilia y Ramallah, ciudad está situada en Cisjordania y capital de facto de Palestina”, dice en sus páginas el diario Al-Monitor, “The Pulse of the Middle East”.
En cuanto a las primeras reacciones reales y que afectan a la economía de nuestro país comenzaron a sentirse. Un grupo importante de empresarios judíos que tenían agendado desde hace un tiempo una visita a Paraguay para estudiar posibilidades de extensión de varios negocios, al final anunció la suspensión de la visita. En agenda tenían una entrevista con el presidente Abdo Benítez. Este incidente es primera muestra de los efectos que podría acarrear a Paraguay.
El presidente de la República, el canciller Luis Castiglioni y algunos empresarios de la carne amigos del jefe de Estado aseguraron que el disparate político no traería efectos en los acuerdos comerciales. Con esta cancelación conocida a último momento, aquello ya no es tan seguro.
ADN intentó conocer alguna opinión es estos referentes, sin embargo estos se llamaron a silencio; sobre todo los empresarios de la carne.
El periódico de Israel, Arutz Sheva, publicó en sus páginas la confirmación de la cancelación de la visita empresarial y de economistas israelíes “como muestra del actual descontento diplomático tras la decisión de trasladar la embajada de Paraguay en Israel de Jerusalén a Tel Aviv”.
En el ámbito diplomático esta no es una buena señal “y podría existir otras reacciones, que solo la sabremos cuando ocurra”, dijo una fuente de la cancillería.
Arutz Sheva destacó que “la decisión de retirar la embajada fue alcanzada por el nuevo presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, luego de la presión de los líderes árabes y de Turquía, quienes argumentaron que la medida ayudaría a impulsar las conversaciones de paz en la región”.
Tal avance en las conversaciones de paz no ocurrieron, por el contrario unos días después la administración Trump ordenó el retiro de Washington DC de un cuerpo diplomático libanés. En tanto en Jerusalén, el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores que retire al embajador israelí de Paraguay y cierre la sede diplomática ubicada en Asunción.
El siguiente golpe “al proyecto de paz” de Abdo Benítez lo recibió ayer miércoles con el anuncio del ministro de Economía, Eli Cohen, quien canceló un viaje de una delegación ministerial a Paraguay, previsto para el próximo mes de diciembre.
La delegación tenía la intención de trabajar para fortalecer los lazos económicos entre los dos países y ayudar al desarrollo económico de Paraguay.
Cohen destacó en declaraciones de prensa que “la decisión del nuevo presidente, el presidente Benítez, tiene un alto precio económico, no solo político” y agregó que “su intento de fortalecer los lazos económicos con Israel y disfrutar de la tecnología israelí, mientras que al mismo tiempo viola un acuerdo hecho entre los dos países es hipocresía, que tiene un precio”.
